Declaraciones del Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y Vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell en la conferencia de prensa con el Presidente Gabriel Boric

Visitaré la central térmica en los Andes, el observatorio astronómico de la Unión Europea también en los Andes. Impulsaremos este Acuerdo de Asociación, que no es solo un acuerdo comercial, sino que es un acuerdo que trata de fundamentar sobre los valores compartidos – usted lo ha dicho – una asociación cada vez más estrecha. 

También quiero agradecerle públicamente, señor presidente, su posición clara y firme en defensa del derecho internacional, en defensa de la soberanía de los pueblos y en defensa de la integridad territorial de los países. 

La guerra en Ucrania no es una guerra del este contra el oeste. Es un conflicto en el que lo que se dirime es si la fuerza hace la ley o si somos capaces de vivir en un mundo gobernado por leyes comúnmente aceptadas. Y por eso la posición de Chile es tan extraordinariamente saludada en Europa.  

Gracias por ello. Gracias también por su voluntad de llevar a buen término este Acuerdo de Asociación, que será mutuamente beneficioso para la Unión Europea y para Chile. Permítame que recuerde que los europeos somos los primeros inversores en Chile. Que casi el 40% del capital productivo chileno ha sido financiado por la inversión directa de las empresas europeas. Y que queremos ir más allá de lo estrictamente económico y comercial para sentar lazos basados en nuestra historia, nuestra cultura y, sobre todo - como usted ha dicho -, en valores.  

Desde Europa me llegan hoy malas noticias. Una interrupción del suministro de gas a Polonia y a Bulgaria hace subir un poco más la tensión y convierte las dependencias en armas. Y por eso hay que evitar las dependencias que nos hacen vulnerables. Por eso tenemos un camino que andar juntos en el desarrollo de las energías renovables, en la lucha contra el cambio climático y en hacer que el crecimiento económico sirva para reducir las desigualdades. 

La desigualdad es el gran enemigo de la democracia. Aquí y allí, en todas partes. Los ciudadanos necesitan ver que el sistema político de representación libre genera también un aumento en su bienestar material. Que el crecimiento económico no beneficia solo a unos cuantos, sino que redunda en beneficio de todos, disminuyendo las desigualdades que a veces se han hecho insoportables. Y en esta tarea común, señor presidente, me permito ponerle a su disposición lo que desde la Unión europea podamos hacer para andar juntos hacia un futuro basado, una vez más, en el respeto a los derechos humanos, en la soberanía de los países y en un progreso compartido. 

 

Q&A 

Q. Sobre el corte de suministro de gas a Polonia y Bulgaria por parte de Rusia, la presidenta de la Comisión europea decía esta misma mañana que se tomará una respuesta coordinada e inmediata. ¿En qué se traduce esto en la práctica? ¿Qué medidas se van a tomar? ¿Cómo van las negociaciones en la modernización del Acuerdo de Asociación entre Chile y la Unión europea? 

Ciertamente, era imposible esquivar las cuestiones relativas a la guerra en Ucrania. Aunque estemos en Santiago, y Santiago quede muy lejos de Ucrania, en el fondo está cerca porque lo que allí se dirime afecta - como he dicho - a una arquitectura política mundial basada en valores y en derechos. Basada también en el respeto a los contratos. Y lo que Rusia hace hoy es convertir una dependencia en un acto de agresión, ante el cual - como ha dicho la presidenta de la Comisión [Ursula von der Leyen] - los 27 países europeos responderán de forma firme y solidaria.  

Ya sabíamos que teníamos que disminuir nuestra dependencia del gas y del petróleo ruso. Y lo que Rusia hace ahora no es, ni más ni menos, que espolearnos para hacer eso más rápido todavía. Tenemos medios para hacerle frente. Y haremos frente a este nuevo acto de agresión de una forma conjunta y solidaria. Los europeos pueden estar seguros de ello.  

Nuestra dependencia del gas y del petróleo ruso ha ido, sin duda, demasiado lejos. Y con Ucrania o sin Ucrania era tiempo de reducirla. La guerra nos ha enseñado lo urgente que era y esta última decisión de Rusia - como le digo - no hará sino acelerar que Europa se reconvierta a energías verdes que no creen dependencias y que no atenten contra el clima. Como decimos en el viejo castellano, “no hay mal que por bien no venga”.  

El Acuerdo de Asociación lo dejamos prácticamente hilvanado con el anterior gobierno. Yo entiendo que el nuevo gobierno chileno quiera revisarlo, volverlo a leer, valorarlo y decirnos lo que opina sobre si hay o no cuestiones que deban ser objeto de revisión. En todo caso, quiero esperar que serán cuestiones menores y que cuando se cumplan 20 años - que como usted sabe, no son nada - desde que se firmó el Acuerdo de Asociación, podamos firmar la modernización de este acuerdo allá para finales de este año. 

Q. Quería consultar si el tema de Ucrania va a ser parte de la conversación que va a tener acá en Chile con respecto a aumentar quizás las sanciones que está implementando la Unión europea contra Rusia. ¿Quizás solicitar a Chile y/o a otros países latinoamericanos que se pidan estas nuevas sanciones? Quería consultar también cómo está viendo la Unión europea el impacto de la guerra acá en Latinoamérica, mucho más allá del tema de lo que implica el conflicto, el impacto en la producción, agrícola, económico. ¿Qué podrían hacer en esa situación como para poder colaborar? ¿Cómo lo están viendo a nivel interno en la Unión europea respecto a las nuevas amenazas de Rusia, que tienen una índole casi de tipo militar contra varios países por su decisión de sumarse a la OTAN? 

La Unión europea ha tomado contra Rusia el mayor paquete de sanciones económicas, financieras, diplomáticas y comerciales que nunca hayamos hecho. Sabemos que las sanciones tienen efectos a medio plazo. Desgraciadamente, la amenaza de las sanciones no fue capaz de evitar la guerra y la aplicación de las sanciones tampoco la ha parado, porque estas sanciones económicas no surten efecto de la noche a la mañana, sino que castigan a la economía de un país. Desgraciadamente afectan también a sus ciudadanos. Nosotros procuramos hacerlo de manera que afecten, sobre todo, a los responsables políticos de este drama.  

Hemos sancionado directa y personalmente a más de 1.000 responsables del gobierno ruso con nombres y apellidos. Empezando por el señor [Vladimir] Putin [presidente de Rusia] mismo, siguiendo por su ministro de exteriores [Sergey Lavrov] y los mandos militares. Más de 1.000 dirigentes rusos han sido sancionados. Y luego están las sanciones de tipo económico que afectan a la economía del país, con el objeto – claro está - de debilitarla y de impedir que financie la guerra.  

Las sanciones no están aquí para durar. Las sanciones son un instrumento de presión para llevar a la mesa de negociación, buscar un alto el fuego y evitar que la guerra continúe.  

La Unión europea ayuda militarmente a Ucrania, pero no quiere que la guerra se extienda. Ni horizontalmente afectando a otros países, ni verticalmente poniendo en juego armas más peligrosas y destructivas. No somos beligerantes, pero ayudamos a un país agredido, con quien tenemos un acuerdo de asociación que seguramente es el más intenso y extenso que tenemos con ningún otro país en el mundo.  

Hemos acogido a 5 millones, que se dice pronto. 5 millones de personas que en menos de un mes han pedido asilo en nuestros países: se lo hemos dado. Y les seguiremos ayudando a evitar que sus derechos sean pisoteados por el invasor. Pero seguiremos también trabajando para conseguir un alto el fuego y un acuerdo que pare esta tragedia.  

Cada país es libre de seguir lo que crea oportuno. Nosotros agradecemos a aquellos que en las Naciones Unidas han expresado con su voto la condena a esta agresión y hacemos lo que podemos para ayudar a Ucrania sin hacer que el conflicto sea más dramático de lo que ya es.

 

Enlace al vídeo: https://audiovisual.ec.europa.eu/en/video/I-224344