El valor de Europa: Declaración del Alto Representante/Vicepresidente Josep Borrell en el Día de Europa

Por: Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad / Vicepresidente de la Comisión Europea (Traducción no oficial)

Como cada año, el 9 de mayo celebramos el Día de Europa y conmemoramos la declaración fundacional de Robert Schuman, que puso en marcha el proyecto europeo. Hoy, esta conmemoración adquiere un significado muy particular. Desde el 24 de febrero, Europa en su conjunto ha visto el retorno de la guerra a gran escala en su territorio, con un agresor por un lado, Rusia, y un agredido por otro, Ucrania. Esta guerra afecta en primer lugar a Europa porque tiene lugar en su suelo. Y aunque Ucrania no sea un Estado miembro de la Unión Europea, es un socio muy cercano, con el que tenemos el acuerdo de asociación más completo y cuya vocación europea es innegable.

Mientras que para la mayoría de nuestros ciudadanos el proceso de integración de la UE es una gran historia de éxito, algunos de nuestros compatriotas europeos también se han dejado llevar por las dudas sobre la utilidad del proyecto europeo. En los últimos años, un número cada vez mayor de partidos se han manifestado contra la UE y han alimentado dudas al respecto, incluso sobre el papel de la UE como actor de seguridad global. La guerra en Ucrania nos recuerda ahora de manera dramática y llamativa el valor perdurable de la Unión Europea como proyecto de paz entre los europeos y como actor fuerte para defender y promover la seguridad en nuestro continente y en el resto del mundo.

Permítanme destacar cuatro consideraciones clave a este respecto.

En primer lugar, los Estados miembros han demostrado la unidad política más fuerte frente a la agresión. Algunos habrían pensado que esto era impensable, y seguro que el agresor ruso dudaba de que fuéramos a reunir tal determinación, a pesar de las claras advertencias. Todos comprendimos la gravedad de la agresión y los peligros que conlleva. De ahí la rapidez con la que la Unión adoptó sanciones financieras y económicas contra Rusia en coordinación con los socios del G7.

Un segundo elemento clave fue la decisión de utilizar, por primera vez en la historia, los recursos financieros del Fondo Europeo para la Paz para ayudar a un estado atacado a defenderse. Ya se han desembolsado tres tramos por un total de 1.500 millones de euros. Este apoyo europeo va acompañado del apoyo militar directo de los Estados miembros. Es una prueba más de que lejos de restringir a los Estados miembros, la unión multiplica el poder de cada uno de ellos.

En tercer lugar, al trabajar colectivamente para poner fin a la dependencia energética de Europa de Rusia, la UE demuestra que es más fuerte en la suma de sus partes que cuando los Estados miembros actúan solos. No solo es un jugador más fuerte en el mercado energético internacional, sino que también limita la exposición de sus Estados miembros individuales al chantaje energético. Esto mejorará la resiliencia estratégica de la UE.

Por último, la fuerza y determinación de la respuesta de la UE en apoyo de Ucrania no solo beneficia e interesa a los europeos. Esta no es una cuestión de “Occidente” contra Rusia. La defensa de los principios internacionales fundamentales consagrados en la Carta de las Naciones Unidas concierne por igual al Norte, el Este, el Sur y el Oeste. No menos de 141 estados de la comunidad internacional han rechazado explícitamente la agresión rusa contra Ucrania en la Asamblea General de la ONU. Están defendiendo su propia integridad territorial y soberanía frente a futuras agresiones potenciales y diciendo “no” al retorno de la ley de la selva en las relaciones internacionales. Están diciendo “no” a las falsedades de la dirigencia rusa y al manto de relativismo multilateral bajo el que pretenden encubrir sus acciones. Además, la UE se compromete a abordar el impacto internacional general, incluido el económico, de la guerra de Rusia contra Ucrania. Aquí también, la unidad de la UE en el ejercicio de la solidaridad internacional marcará la diferencia.

A través de esta guerra, el proceso de Europa de aprender a usar el lenguaje de los poderes se está acelerando. El 9 de mayo de 2022 debe subrayar esta conciencia creciente: defender la UE y los valores en los que se basa; poner nuestro poder colectivo al servicio de nuestro socio Ucrania para defenderse a sí mismo y su plena y completa soberanía; trabajar con la comunidad internacional para preservar las normas y la seguridad internacionales clave y ejercer la solidaridad para abordar las consecuencias globales de esta agresión.