Procesos de integración regional en América Latina: éxito o fracaso tomando como referencia paradigmas del modelo Europeo

08.12.2020
Ecuador

Palabras del Embajador de la Unión Europea en Ecuador, Sr. Charles-Michel Geurts en el evento organizado por la Fundación Hanns Seidel (FHS) - 5 de diciembre 2020

Estimada señora Azucena Quilumbaquí, Coordinadora de Becas,
Estimados becarios de la Fundación Hanns Seidel,
Señoras y señores,

Hoy me han invitado para compartir opiniones e intercambiar puntos de vista sobre el tema de integración europea y latinoamericana. Es un tema que me encanta, un tema que en Europa sigue en constante desarrollo y sirve para interminables discusiones.

¿La razón? La integración europea no es un tema cerrado. No hemos llegado al punto donde decimos: ya está, estamos plenamente integrados, la obra de la Unión Europea está terminada. Espero que nunca lleguemos a ese punto, porque siempre hay un horizonte más allá a donde queremos llegar.

Como pueden saber, la Unión Europa en su momento de incepción fue un proyecto de paz. Por siglos, Europa se desangraba en frecuentes y cruentas guerras entre vecinos, que culminaron en dos guerras mundiales. La Unión Europea se crea con el objetivo de poner fin a esta barbarie. A partir de 1950, la Comunidad Europea del Carbón y del Acero comienza a unir a los países europeos económica y políticamente para asegurar una paz duradera. Y así da comienzo un largo camino de integración cada vez más estrecha.

La colaboración económica sigue creciendo y se demuestra ventajosa para todos los participantes. En la década de los 60 los países de la UE dejan de percibir derechos de aduana por las transacciones comerciales entre sí. También acuerdan ejercer un control conjunto de la producción alimentaria para que, de este modo, todo el mundo tenga suficiente para comer – y en los años futuros, comer productos de la más alta calidad. En la década de los 70, la política regional de la UE empieza a transferir grandes cantidades de dinero para la creación de empleo e infraestructuras en las zonas más pobres. En 1993 la integración económica culmina en la creación del mercado único con las "cuatro libertades" de circulación: mercancías, servicios, personas y capitales. En 2002, una larga serie de preparativos, que se extendieron durante más de 40 años, termina con la introducción del euro, moneda actualmente compartida por 19 países de la Unión Europea.

Sin embargo, Europa es mucho más que solo un proyecto económico. Los valores compartidos de democracia, estado de derecho, libertad, dignidad humana, igualdad y derechos humanos son la base de todo lo que hacemos conjuntamente. Los europeos han aprendido a vivir en un continente sin fronteras, donde hay inmensa diversidad cultural, pero igualdad política, social, humana. Los acuerdos firmados en Schengen, permiten gradualmente al ciudadano viajar sin tener que presentar el pasaporte. Millones de jóvenes estudian en otros países con ayuda de la UE. Crece una nueva generación cuya identidad no es solamente francesa, alemana o sueca – su identidad es europea.

El proyecto de la UE comienza con 6 países, pero su éxito gradualmente atrae más socios –llegando en un punto a 28 países, desde extremo norte hasta extremo sur del continente. Cuando, en 2004, diez nuevos países ingresan en la UE, seguidos por Bulgaria y Rumanía en 2007, las divisiones políticas entre Europa del este y del oeste se dan por zanjadas definitivamente. Varios países todavía están en la lista de espera para entrar a la Unión, sobre todo los países de los Balcanes.

Actualmente, la Unión Europea enfrenta nuevos desafíos y sueña con nuevos alcances – entre ellos principalmente el Acuerdo Verde que debería permitir una economía y vida social compatible con las metas ambientales que tenemos para nuestro planeta.

Si miramos hacia de América latina, lo que definitivamente compartimos entre nosotros es una cierta manera de vivir en el mundo, un punto de vista que incluye ideales de libertad, igualdad, derechos humanos. Es un punto de vista que también incluye ideales de hermandad que cruza las fronteras de estados y un sueño de integración americana.

Se puede decir que los procesos de integración en América Latina viven un renovado impulso político con avances en diferentes frentes y a distintas velocidades. Hay múltiples organizaciones regionales o subregionales de integración y concertación. Entre los organismos regionales destacan La Organización de Estados Americanos (OEA), Mercado Común del Sur (MERCOSUR), Comunidad Andina (CAN), Comunidad del Caribe (CARICOM), Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Alianza del Pacífico y Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). El proceso de integración más reciente es la Alianza del Pacífico y Foro para el Progreso e Integración de América del Sur (PROSUR).

Seamos honestos, también se nota una cierta proliferación de estos proyectos de integración; algunos de ellos están en declive, otros en proceso de creación, muchas veces influenciado por temas de ideología. Se especializan en cierta medida, como la OEA en la promoción de la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo integral en la región, o Mercosur y Alianza del Pacifico en temas de encomia y comercio. Algunos tienen instituciones más establecidas, otros están vinculados más bien por voluntad política.

Sin embargo, también seamos justos – hasta ahora los estados de América latina no se han planteado proceder al mismo nivel de integración que observamos en Europa – donde se ha entregado a instituciones comunes una cierta parte de soberanía, donde decisiones comunes se toman en la mayoría de casos por voto cualificado, donde los estados ya no tienen competencia en algunas materias. Es una manera única de funcionar y llevar a cabo el trabajo de estado. No se ha repetido hasta ahora en ninguna otra parte de mundo, pero sí se ha emulado a muchas organizaciones regionales en todo el mundo – inclusive hasta cierto punto en América. Mientras tanto, tienen el nivel de integración regional y subregional al nivel que encuentran útil.

Por lo tanto, no se puede criticar por no lograr algo que no se ha planteado – pero sí se puede sonar. Ustedes son jóvenes y estarán entre aquellos que definirán el futuro de la integración americana. De parte de la Unión Europea, estamos siempre en favor de la integración regional, queremos compartir el éxito que hemos vivido con el resto de mundo. También deseamos tener un interlocutor, para poder dialogar región a región, porque así se puede hablar de mejor manera de lo que son los desafíos globales y regionales, mejor abordados a nivel de continentes.

En las últimas décadas, la UE y América Latina y el Caribe han alcanzado un nivel de integración sin precedentes. La UE ha firmado acuerdos de asociación, libre comercio o políticos y de cooperación con 27 de los 33 países America Latina y el Caribe. También se ha producido una creciente institucionalización de la relación birregional a través de la asociación estratégica creada en torno a las cumbres UE-CELAC en 2013 y 2015, y reuniones ministeriales en 2016 y 2018, y diversas iniciativas sectoriales que abordan temáticas como cambio climático, lucha contra las drogas, ciencia e innovación etc. Sin embargo, las relaciones birregionales tienen potencial para intercambios más activos y relación aún más estrecha.

En octubre de 2020, el debate del Consejo de relaciones exteriores de la Unión Europea abordo el tema de las relaciones entre la Unión Europa y América Latina y el Caribe. En conclusión, se destacó un sentido común de urgencia sobre la necesidad de relanzar el diálogo interregional, dada la importancia económica y geopolítica de la región para Europa. El 14 de diciembre vamos a celebrar una reunión informal ministerial entre la UE y CELAC, para explorar posibilidades de activación de nuestra relación interregional, con el objetivo de fortalecer la alianza birregional y unir fuerzas para una recuperación sostenible (salud, crecimiento verde, digital). Así, paso a paso, vamos a construir esta relación estrecha y fructífera, para bien de nuestros dos regiones y el mundo.

Muchas gracias.