DÍA DE EUROPA: CELEBRANDO LA UTOPÍA RAZONABLE

08.05.2021
Tegucigalpa

El 9 de mayo de cada año celebramos el Día de Europa. Este día recordamos la Declaración Schuman, un llamado en 1950 del entonces Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, a la unificación de Europa para hacer que la guerra - que había devastado el continente - nunca más fuera posible, así como para extender la paz y la prosperidad por todo el globo. De ese germen nació lo que hoy es la Unión Europea (UE).

Muchos se preguntarán porqué celebramos hoy en día cuando Europa, al igual que Honduras y el resto del mundo, está inmersa en la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial, una crisis sin precedentes provocada por una pandemia que nos ha golpeado a todos. Déjenme compartir con ustedes lo que es la UE y por qué creo en ella: la UE es una idea maravillosa, definida por el escritor español Javier Cercas como la única utopía razonable. Europa es un sueño. Es lo que soñaron Monnet, Spaak o De Gasperi; es lo que soñaban los griegos, portugueses, o españoles que vivían bajo la dictadura en los 70. Es lo que soñaban los húngaros, los polacos o los letones que aspiraban a ser libres en los 80, o los alemanes que tumbaron el muro en el 89. Es lo que los hijos de millones de europeos no quieren perder: un sueño hecho de libertad, de justicia, de igualdad, de respeto a los derechos humanos, de democracia, de prosperidad en un mundo sostenible. Un sueño por un mundo mejor. Hoy celebramos que ese sueño, siempre incompleto, es posible.

En este día celebramos que los europeos, superando antiguas diferencias que llevaron a matarnos entre nosotros, hemos construido paso a paso la más exitosa historia de unión entre diferentes naciones, el mayor espacio de libertad, democracia, seguridad, justicia y bienestar social.

Europa es vista en muchos lugares del mundo, y estoy convencido de que eso incluye Honduras y toda Centroamérica, como una utopía haciéndose realidad, como historia de éxito, y como instrumento de transformación y progreso. A pesar de que Europa ha sufrido las consecuencias sanitarias, económicas y sociales de la pandemia como cualquier otro, el modelo europeo sigue atrayendo a miles de millones de ciudadanos en todo el mundo. No solo a aquellos que no tienen garantizados sus derechos y libertades fundamentales. También a los que quieren una educación pública de calidad para sus hijos; a los que creen que contar con un seguro médico público es un derecho que el Estado debe garantizar; a aquellos para quienes una pensión de jubilación digna es un sueño fuera de su alcance; a los que no entienden que ser mujer o indígena, o tener una orientación sexual diferente, siga siendo sinónimo de discriminación, de insulto e incluso de cárcel. Para todos ellos, ya vivan en Mogadiscio, en Myanmar o en Caracas, la UE refleja un ideal, y aplauden su liderazgo en la esfera internacional en defensa de la libertad, la democracia, la justicia o la igualdad.

En ningún otro lugar hay tanta libertad como en la UE: libertad de expresar nuestras ideas, incluyo para los que quieren destruirnos; libertad de movernos y comerciar entre nosotros; libertad para rezar cualquiera que sea nuestro credo, y para no rezar; libertad para amar de la manera que elijamos sin importar qué nos sentimos. En definitiva, libertad para elegir nuestro propio destino. Somos el mayor bloque comercial del mundo, el primer inversionista, el primer donante de ayuda al desarrollo o de ayuda humanitaria, y una potencia diplomática cada vez más influyente. Pero, especialmente en tiempos difíciles como los que vivimos, a menudo nos olvidamos de nuestra fortaleza.

La UE se ha convertido en un actor realmente global, capaz de promover sus valores e intereses en todo el mundo. Hemos hecho de los derechos humanos, de la plena igualdad de género o la lucha contra el cambio climático el hilo conductor de la política exterior de la UE. Todos los ciudadanos entienden que, frente a los grandes problemas, como ha quedado demostrado con esta pandemia, somos más eficaces si actuamos todos juntos. Europa, con la aprobación de los presupuestos más ambiciosos de su historia, quiere liderar la recuperación post pandemia, apostando por la lucha contra el cambio climático y la digitalización de nuestra economía como ejes de un crecimiento sostenible y compartido con nuestros socios.

En Honduras, la UE representa un socio fiable, respetuoso, solidario. La UE y sus Estados miembros son el primer donante de ayuda al desarrollo en Honduras y en el mundo. El esfuerzo de la UE y sus miembros para movilizar recursos a través del llamado Equipo Europa permitió responder a las necesidades más acuciantes provocadas por la COVID-19. Como muestra de nuestro firme compromiso en el desarrollo sostenible de Honduras, la UE está a punto de aprobar el nuevo programa de cooperación bilateral para el periodo 2021-2027, que seguirá apostando por la lucha contra el cambio climático, la creación de empleo digno y el fortalecimiento de la democracia y el Estado de derecho. Europa quiere estar al lado de Honduras en los momentos más complicados.

Quizás en Europa no tengamos el ejército más poderoso del planeta; quizás no fabricamos los productos más baratos - tal vez sí los de mayor calidad, pero contamos con el modelo de ciudadanía y bienestar más deseado en el planeta. Es en nuestra auctoritas más que en nuestra potestas, donde radica nuestra fuerza y nuestro ejemplo. Lo que nos une no es un sentimiento hacia un territorio, un color de piel o una religión, sino principios de Derecho que constituyen grandes conquistas de la humanidad. Celebrémoslo. Feliz día de Europa.

Jaume Segura Socías, Embajador de la Unión Europea en Honduras