Disminuir, reusar y reciclar los envases

Columna "Ventana a Europa" del Embajador de la Unión Europea en México, Gautier Mignot, para el diario Excélsior.

Cada año llegan a los océanos entre cinco y 12 millones de toneladas de plástico, gran parte en forma de envases. Por ello, revertir el constante aumento de los residuos de envases, en particular de plástico, se ha convertido en uno de los importantes desafíos globales para preservar los océanos, el medio ambiente, la biodiversidad y el clima. En la Unión Europea (UE), la cantidad de residuos de envases ha aumentado en 25% en los últimos diez años y, sin una nueva legislación, podría continuar esta tendencia con un crecimiento de 19% hasta 2030.

En el marco de la implementación del Pacto Verde Europeo (la estrategia global que busca orientar todas sus políticas hacia la preservación del planeta), la UE se ha planteado que en 2030 todos los envases en su territorio sean
reutilizables o reciclables de una manera económicamente viable. Para alcanzar estos objetivos, la Comisión Europea presentó en noviembre de 2022 una propuesta de reglamento sobre los envases y residuos de envases que refuerza la legislación existente, armoniza el mercado interior de los envases y proporciona certidumbre jurídica a una industria que representa 370 mil millones de euros de actividad en Europa e inversiones de largo plazo. Después de más de un año de intensos debates y negociaciones, los colegisladores europeos, el Parlamento y el Consejo, lograron un acuerdo con la Comisión, que debería ser adoptado definitivamente por el Parlamento en su última sesión plenaria antes de las elecciones europeas de junio.

El nuevo reglamento, que debería entrar en vigor en 2026, plantea el objetivo de disminuir los envases de plástico en 5% hasta 2030 y en 15% hasta 2040. Además, los envases de plástico de un solo uso serán prohibidos como los destinados a productos consumidos directamente en restaurantes y cafés, bolsitas para condimentos o frutas y hortalizas frescas, vasos y platos desechables, envases en miniatura para artículos de aseo en hoteles, o también para envolver maletas en los aeropuertos. Envases de otros materiales, como papel y cartón, también estarán sujetos a nuevas restricciones, aunque menos rigurosas.

Al considerar que reciclar no es suficiente, la legislación fija niveles obligatorios de reutilización de los empaques para diversos sectores (e-comercio, electrodomésticos, bebidas, etcétera), con una excepción para las microempresas. Los intensos debates legislativos se han enfocado en particular en el equilibrio entre obligaciones de reutilización y reciclaje y se acordó introducir más flexibilidad: los Estados miembros podrán retrasar los objetivos de reutilización de 2030 y 2040 si exceden el nivel promedio de reciclaje, que varía considerablemente entre ellos. Las nuevas normas también abordarán la seguridad de los materiales de envases, con el objetivo de eliminar las sustancias más nocivas utilizadas, por ejemplo las sustancias polifluoroalquiladas presentes en las cajas de pizza.

La Comisión Europea deberá adoptar legislación secundaria para implementar el nuevo reglamento. Será importante, en particular, mejorar los sistemas de recolección de envases. Para los consumidores, el efecto más visible será la armonización o la introducción, cuando no existan, de los esquemas de depósito y retorno. Finalmente, los objetivos del reglamento podrán ser revisados según los avances de la ciencia y de la tecnología, por ejemplo, en cuanto a bioplásticos.

Todos los actores institucionales, industriales y de la sociedad civil subrayan la importancia de haber logrado un acuerdo sobre un tema donde había inicialmente muchas divergencias de opiniones entre ellos. Sin duda, es un nuevo ejemplo de la capacidad de la UE de afrontar retos difíciles pero claves para el futuro del planeta.

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