Por una inteligencia artificial al servicio de las personas
La inteligencia artificial (IA) no es una promesa del futuro, ya está transformando nuestro presente. En prácticamente todos los ámbitos, esta tecnología ya está reconfigurando el mundo en el que vivimos. Su uso plantea desafíos que no podemos ignorar: ¿Cómo asegurarnos que su desarrollo realmente esté al servicio de la gente?
Ante nuestros ojos se libra una carrera global por liderar esta revolución tecnológica. Como toda competencia, tiene su lado positivo, pues impulsa la innovación. Pero también conlleva el riesgo de que se olviden los principios que deben guiar toda innovación.
La Unión Europea (UE) ha asumido con responsabilidad este reto. Su visión es clara: desarrollar una IA que promueva el bienestar social, fortalezca la democracia y respete los derechos humanos.
Por eso, en agosto de 2024 aprobó el primer Reglamento sobre IA, una legislación pionera que no busca frenar el avance tecnológico, sino asegurarse de que se desarrolle de forma segura, justa y confiable.
Esta regulación clasifica las tecnologías de IA según el nivel de riesgo que representan, desde mínimo hasta inaceptable. La mayoría de las tecnologías actuales, sin embargo, se consideran de bajo riesgo y pueden desarrollarse sin restricciones excesivas. Sin embargo, hay otros usos –como los sistemas para predecir crímenes– que están prohibidos en la UE, por considerarse incompatibles con los derechos fundamentales.
Ahora bien, no todo se trata de regulación. La UE también está invirtiendo en el desarrollo tecnológico para liderar los avances en innovación. Durante la Cumbre de Acción sobre IA celebrada en París en febrero de este año, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció la creación del fondo Invest-AI, con un monto inicial de 20 mil millones de euros, y que buscará movilizar hasta 200 mil millones de euros adicionales en inversión público-privada. A esto se suman las llamadas “fábricas de IA”, que son ecosistemas dinámicos que fomentan la innovación, la colaboración y el desarrollo en el campo de la IA.
Este enfoque de la UE, que combina reglas claras con un impulso decidido a la innovación, permitirá un desarrollo equilibrado y sostenible. Sin embargo, los retos que plantea la IA no conocen fronteras. Por eso, la cooperación internacional es más necesaria que nunca. En ese espíritu, el año pasado la UE firmó, junto con otros países, el Convenio Marco del Consejo de Europa sobre inteligencia artificial y derechos humanos, democracia y Estado de derecho, apostando por una gobernanza global responsable en esta materia.
Como socios estratégicos, México y la UE cuentan con los marcos para cooperar en múltiples áreas, incluida la tecnología. A través del programa Puerta Horizonte Europa, México participa de manera oficial en Horizonte Europa, el programa marco de investigación e innovación de la UE. Esto permite que investigadores mexicanos y europeos trabajen juntos en proyectos de vanguardia. Asimismo, la Alianza Digital entre la UE y América Latina abre nuevas oportunidades para fortalecer la cooperación a nivel regional.
El momento es propicio para relanzar el diálogo de alto nivel sobre cooperación digital y nuevas tecnologías, e incluir un capítulo específico sobre inteligencia artificial. Hace un par de semanas tuve el honor de participar en la inauguración del Congreso internacional de inteligencia artificial, organizado por la Cámara de Diputados y el Instituto Politécnico Nacional, en donde compartí la experiencia europea y el potencial de cooperación con México. Confío en que la próxima reunión de la Comisión Parlamentaria Mixta México-UE, a celebrarse en mayo en Bruselas, será una oportunidad para reforzar nuestra coordinación política y legislativa en materia de IA.
México y la UE compartimos una visión común: la IA debe desarrollarse con un enfoque humanista y orientarse al bien común. Eso implica proteger y fortalecer nuestras democracias, el Estado de derecho y los derechos humanos. Por ello, es fundamental que trabajemos de la mano para que esta visión prevalezca y asegurar que la tecnología nunca esté por encima de las personas, sino siempre a su servicio.
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