Por una paz justa y duradera en Ucrania

Columna "Ventana a Europa" del Embajador de la Unión Europea en México, Francisco André, para el diario Excélsior.

Ayer se cumplieron tres largos y dolorosos años de la brutal e injustificada invasión a gran escala por parte de Rusia a Ucrania. Una guerra que no sólo viola la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, sino también los principios fundamentales del derecho internacional consagrados en la Carta de las Naciones Unidas. Pero, más allá de los conceptos jurídicos, el sufrimiento causado por Rusia en Ucrania es cruel e injustificable. Mientras las y los ucranianos luchan por su supervivencia, los ataques rusos siguen poniendo en peligro la vida de civiles, destruyendo viviendas, escuelas y hospitales, e interrumpiendo servicios básicos como el suministro de agua y electricidad.

Aunque se trata de una guerra en Europa, sus consecuencias son globales. Todos hemos experimentado la punzante inflación de los últimos años en los precios de los alimentos. Además, la invasión rusa ha amenazado abiertamente el orden internacional basado en reglas. En este sentido, una Ucrania libre y soberana no sólo está en el interés de Europa, sino de todo el mundo.

La Unión Europea (UE) ha estado al lado de Ucrania desde el inicio de la invasión rusa.  Hasta la fecha, la UE ha brindado apoyo económico, financiero, humanitario y militar para autodefensa por un valor de 135 mil millones de euros. En términos humanitarios, la UE ha donado más de 153 mil toneladas de equipos humanitarios, y acogido en su territorio a millones de ciudadanos ucranianos, la mayoría mujeres y niños. Actualmente, hay 4 millones de ucranianos en territorio de la UE que reciben protección internacional.

En el marco de este sombrío tercer aniversario, los líderes de la UE viajaron a Kiev, la capital ucraniana, para, además de honrar a los caídos y a quienes continúan en el frente de batalla, participar en una Cumbre Internacional en apoyo a Ucrania, donde reafirmaron que la UE está dispuesta a continuar e incluso aumentar su apoyo. Ayer también la UE aprobó otro paquete de sanciones contra Rusia, dirigido a sectores importantes de la economía rusa y cuyo objetivo es aumentar la presión contra la capacidad de Rusia para financiar su guerra de agresión.

Esta guerra y el sufrimiento del pueblo ucraniano deben parar. Nadie desea la paz más que Ucrania. Pero se requiere una paz justa y duradera que garantiza la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. No puede haber negociaciones creíbles y exitosas ni una paz duradera sin Ucrania y sin la UE. Sólo garantías de seguridad fuertes y concretas asegurarán una paz integral, justa y duradera en Ucrania y en Europa en su conjunto.

El futuro de Ucrania está en Europa. Por ello, la UE continúa trabajando con Ucrania en su proceso de adhesión. El progreso en este camino refleja la voluntad de su pueblo por un futuro democrático y europeo. Después de la guerra, Ucrania requerirá una extensa reconstrucción. Así como hasta ahora, la UE estará al lado de Ucrania en ese proceso.

Al igual que la UE, México es un firme promotor de la paz y defensor del derecho internacional y los principios de soberanía, integridad territorial y libre determinación de los pueblos.

Esto quedó nuevamente constatado ayer con su voto a favor de la resolución aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas que condena la invasión rusa a Ucrania y exige la retirada de tropas rusas.

De igual forma, quisiera aprovechar para agradecer a la sociedad civil mexicana por demostrar su solidaridad con el pueblo ucraniano y a la prensa mexicana por documentar de manera objetiva la realidad de la guerra en Ucrania. Una mención especial merece el documental Los niños de la guerra, de la periodista Hannia Novell, el cual tuve la oportunidad de ver la semana pasada y que relata cómo las y los niños en Ucrania intentan hacer una vida normal ante los ataques rusos.

Es justo por ellos, las niñas y los niños, que debemos seguir luchando por una paz justa y duradera en Ucrania y construir un futuro libre y próspero para todos sus habitantes.

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