Productores y estudiantes de la zona seca de Nicaragua enfrentan mejor el cambio climático

En el primer año de ejecución, el proyecto alcanzó el 42 % de la meta, beneficiando a 123,000 personas

Luego de un año y medio de la implementación del proyecto para promover la resiliencia climática y la seguridad alimentaria en el corredor seco de Nicaragua, ya se observan los primeros brotes verdes. Hay campesinos y campesinas con mejor acceso al agua, niñas y niños con más comida en sus platos, y habitantes que aumentaron sus ingresos gracias a novedosas actividades como la producción de miel o el cultivo de huertos.

El proyecto “Promoviendo la resiliencia climática y la seguridad alimentaria de hogares rurales en el Corredor Seco”, impulsado por la Unión Europea (UE) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), ha tenido un importante impacto en las zonas secas de los departamentos de Madriz y Nueva Segovia, sentando las bases para extenderse al departamento de Estelí. En el primer año de ejecución, el proyecto alcanzó el 42 % de la meta, beneficiando a 123,000 personas que incluye 3,000 productores (47 % mujeres) y 120,000 niñas y niños. En el caso de los menores, el cumplimiento alcanzó el 99.9 % en 1,578 escuelas.

La participación de las mujeres ha sido fundamental, puesto que invierten una gran cantidad de tiempo para garantizar el acceso a agua y la seguridad alimentaria de sus familias. Ellas abastecen del vital líquido sin importar las distancias que necesitan recorrer, hacen las labores domésticas, cuidan a sus hijas e hijos, y preparan los alimentos. También desarrollan la producción intensiva de hortalizas a pequeña escala, con riego por goteo, comercializan sus productos y generan ingresos.

Al tener un mejor y rápido acceso al agua, las mujeres tienen más tiempo para todas las actividades, lo que se traduce en seguridad alimentaria, empoderamiento y mejor administración de los recursos. La previsión es que más mujeres gocen de un mejor acceso al agua, pero también que aprendan a reutilizar el recurso e incrementar y diversificar la producción bajo riego de hortalizas como cebollas, zanahorias, remolachas, tomates, chiltomas, rábanos, pepinos hasta girasoles.

Garantizar la seguridad alimentaria y el acceso a agua de calidad en el “corredor seco” de Nicaragua es esencial, pues se trata de una franja que va desde el lago Cocibolca hasta la frontera con Honduras, abarcando 63 municipios (algunos entre los más pobres del país) donde cae la menor cantidad de lluvias (entre 50 % y 75% menos respecto a la media nacional).

Resiliencia climática

Gracias al proyecto, la población beneficiada ha fortalecido sus capacidades de resiliencia climática, con acciones que contribuyen a la seguridad alimentaria, tanto en la mejora de la nutrición local, como con experiencias e información para el mejoramiento de las intervenciones de las instituciones de la región centroamericana.

Los pequeños productores y productoras en situación de vulnerabilidad ahora retienen la humedad en el suelo, poseen mayores conocimientos en agricultura climática inteligente, y cuentan con una base para mejorar la cobertura vegetal, especialmente las mujeres y sus cooperativas, tanto en Madriz como en Nueva Segovia.

Como resultado de lo anterior, los beneficiarios han mejorado el acceso y consumo de alimentos nutritivos durante la época de escasez. Por ejemplo, garantizar un segundo tiempo de comida caliente durante 60 días, a 944 estudiantes de educación primaria de la zona seca, incluyendo niñas y niños en Chinandega, Estelí, León, Madriz, Managua, Matagalpa y Nueva Segovia, a través del programa de Alimentación Escolar. La ración consiste en aceite, arroz, cereal fortificado, frijoles y maíz, en los meses de mayor estrés alimentario en el corredor seco (mayo, junio y julio).

Durante los dos primeros años de implementación (2020-2021), el proyecto ha contribuido con un total de 1,133,520 meriendas dirigidas a 4,604 estudiantes de sexo femenino y 4,842 masculinos, en 268 centros educativos del Ministerio de Educación. Esto ha permitido que la matrícula y la asistencia se mantenga e incluso crezca en un 0.47 % en los centros educativos beneficiados.