UE apoya a empresarias a impulsar sus ventas vía comercio electrónico en tiempos de pandemia

20.01.2021

María Isabel Montoya, fundadora de la micro-empresa Nicahat, produce sombreros en su pequeña fábrica artesanal ubicada en Nicaragua. Para el momento en que inició el confinamiento, ella ya había logrado subir sus productos a las plataformas de comercio electrónico. Rápidamente María Isabel descubrió que su presencia en ellas, le genera mayores oportunidades de vender en comparación con las empresas que solo ofrecen productos en tiendas físicas.

En el 2018, el proyecto Vinculando empresas mujeres centroamericanas con el mercado mundial de regalos y decoración del hogar”, financiado por la Unión Europea (UE) y ejecutado por el Centro de Comercio Internacional (ITC) en colaboración con la SIECA e instituciones locales de cada uno de los países centroamericanos, comenzó a trabajar con 200 mujeres empresarias para acompañarlas en su proceso de internacionalización por medio del comercio electrónico.

La visión estratégica de la SIECA, del ITC y la cooperación de la UE permitió que mujeres empresarias de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá lograran continuar produciendo, pero más importante que ello, vendiendo en tiempos de crisis. 

Varias historias de éxito se han tejido desde que se inició este proyecto. Dada la relevancia que cobró el comercio electrónico con las medidas de confinamiento destinadas frenar la pandemia del COVID, varias micro-empresas centroamericanas de mujeres empezaron a optimizar su presencia en las redes sociales para promocionar y vender sus productos fuera de los mercados nacionales, llegando a muchos más clientes ubicados en diferentes lugares del mundo.

María Isabel Montoya, fundadora de la micro-empresa Nicahat, produce sombreros en su pequeña fábrica artesanal ubicada en Nicaragua. Para el momento en que inició el confinamiento, ella ya había logrado subir sus productos a las plataformas de comercio electrónico. Rápidamente María Isabel descubrió que su presencia en ellas, le genera mayores oportunidades de vender en comparación con las empresas que solo ofrecen productos en tiendas físicas.

Maria Isabel, como otras mujeres centroamericanas, habían sido preparadas para dar un salto a la tecnología, aprendiendo a adaptar su producto, a realizar investigación de mercados, crear contenido digital de calidad y generar tráfico para atraer a clientes a sus canales de venta en línea en plataformas como Facebook, Instagram y Etsy. A pesar de la crisis socioeconómica en Nicaragua, María Isabel logró aumentar las ventas de Nicahat en un 22 por ciento en un año.

Gracias al lanzamiento del “Central American Hub” en e-Bay y el aumento de su presencia en las redes sociales, las mujeres empresarias centroamericanas están promocionando y vendiendo sus productos más allá de los mercados nacionales, llegando a millones de nuevos clientes en todo el mundo en un periodo en el que la tradicional salida de compras ha quedado postergada por la pandemia del COVID-19.