Argentina: Declaraciones del Alto Representante Josep Borrell durante el lanzamiento de una nueva convocatoria para financiar proyectos de derechos humanos y para la sociedad civil

28.10.2022
Bariloche
EEAS Press Team

¡Solo es auténtico el texto pronunciado!    

Muchas gracias.  

Pero, ¿qué dice usted? ¿Usted sabe lo que es tener la oportunidad de visitar San Carlos de Bariloche? Ustedes son mundialmente conocidos: en todo el mundo, en España se conoce San Carlos de Bariloche. Bueno, ha oído hablar de él, no lo conoce pero ha oído hablar de él como una ciudad al pie de los Andes, con actividades deportivas de montaña y acuáticas. Hacía mucho tiempo que quería tener la oportunidad de visitarlo, de manera que soy yo el que se siente honrado y agradecido por esta oportunidad.  

Una oportunidad que me permite compartir con ustedes el lanzamiento de esta llamada para que se presenten proyectos que la Unión Europea va a financiar para que la sociedad civil trabaje conjuntamente con nosotros en los grandes temas: de participar en la defensa y desarrollo de los derechos humanos y la democracia, por una parte, y en cómo hacer frente – la Gobernadora [Arabela Marisa Carreras] lo ha explicado muy bien, muchas gracias –  a los grandes desafíos de nuestro tiempo. El cambio climático, sin duda, es uno de ellos, y no se va a resolver si cada uno de los seres humanos no no pone un poco de su parte. Tienen que ser los gobiernos y tienen que ser las grandes organizaciones políticas, pero tiene que ser un compromiso de todos y de cada uno de nosotros. 

Siempre que hago un viaje oficial - y he tenido tres días intensos de actividades oficiales en Buenos Aires – procuro tratar de estar en contacto, no solo con las autoridades – también, claro, con las autoridades primero, con el presidente de la República [Alberto Fernández], el ministro de Asuntos Exteriores [Santiago Andrés Cafiero], el lunes del ministro de economía [Sergio Tomás Massa], la vicepresidenta de la República, doña Cristina [Fernández de Kirchner] – pero siempre procuro estar en contacto con la gente, eso que se llama ahora la sociedad civil como si hubiera otra sociedad que no fuera civil. La sociedad, con la gente, la gente de a pie, en algún lugar emblemático. San Carlos de Bariloche lo es, sin duda. 

Ahora les voy a decir una cosa. Para mí es especialmente porque les voy a desvelar un secreto: mi padre nació en Mendoza y, por lo tanto, era argentino. Hace poco yo pedí la nacionalidad argentina y me la dieron. O sea que yo soy tan argentino como ustedes. Bueno, tanto no: seguro que ustedes lo son mucho más, son mucho más argentinos que yo. Cuando yo era pequeño, mi padre me explicaba esa imagen de La Pampa con los Andes al fondo porque nació en Argentina pero luego volvió a España y nunca más volvió a Argentina. Nació aquí, dijo, de migrantes españoles y, bueno, pasó su primera juventud y luego volvió a España justo a tiempo para hacer la guerra civil – o sea, que no fue una buena idea - y no volvió nunca a Argentina. Pero mis recuerdos de infancia están llenos de como él me explicaba La Pampa y las montañas nevadas al fondo. Y eso es lo que he visto hoy en el avión, al llegar: La Pampa, la inmensa Pampa, con unos puntitos blancos que resulta que son corderos con la línea blanca de los de los Andes nevados. Por lo tanto, el que siente una enorme satisfacción, íntima satisfacción soy yo porque he visto en vivo y en directo – amenizado, además, por un fuerte viento – el paisaje que en mis conversaciones de niño recibí de mi padre. Pueden comprender que eso me llena de algo más que satisfacción; es como volver atrás en el tiempo, en el tiempo profundo.  

Ahora se trata de estar así, en contacto con la sociedad civil, con la gente y compartir con ustedes esta idea para que ustedes presenten proyectos, para que las organizaciones, las ONGs, las asociaciones de vecinos: no sé quién, pero seguro que habrá muchos. La última convocatoria que hicimos aquí en Argentina fueron en torno a 1000 proyectos que se presentaron para poco dinero, pero eso es bueno, eso quiere decir que se levantan el interés, se levantan las ganas de participar en algo que para nosotros, desde la Unión Europea, es una manera de ponernos en contacto con la gente de todos los países con los que estamos intentando construir lazos. Construir lazos para conocernos mejor y saber de qué manera podemos trabajar juntos – como les he dicho, la defensa de la democracia y los derechos humanos, y cómo hacer frente a los retos de nuestro tiempo.  

El primero, más explicado muy bien Gobernadora [Arabela Marisa Carreras], es el problema global que se llama cambio climático que no es una cosa que va a venir, sino que ya está aquí. Todos lo vemos: en España tenemos unos incendios forestales como nunca, unos veranos con temperaturas altísimas. Todavía a nosotros no nos afecta mucho, pero si ustedes van a África, y van por ejemplo a países como Somalia donde centenares de miles de personas que vivían en el campo de forma nómada aprovechando, pues, las pocas hierbas, moviéndose de un sitio para otro: esta gente se tiene que ir porque no ha llovido, no llovió y no va a volver a llover. O sea, no es que este año haya sequía pero que el año que viene lloverá. No, el año que viene tampoco va a llover, y como tampoco va a llover, pues su forma de vida tradicional se acabó. Hay que buscarles otra, pero buscar otra forma de vida a miles y miles de personas en países pobres, con pocos recursos, con una geografía difícil de habitar es algo que es un reto tremendo. O sea, para muchos de nosotros el cambio climático es un problema, para otros es una cuestión existencial. O las islas que van a desaparecer porque el mar va a subir: aquí, en América Latina y el Caribe, tienen unas cuantas.  

En Buenos Aires tuvimos la reunión con los ministros de asuntos exteriores en todos los países de la región - 33 países por su parte, 27 países por la parte europea, en total 60 – para, bueno, hablarnos. Porque hacía más de cuatro años que no teníamos una reunión de esta naturaleza. Para hablarnos y para reprocharnos, a veces, lo que no nos gusta, de lo que hacen los unos y los otros, y para ver de qué manera podemos unir esfuerzos para afrontar esos problemas.  

La primera cosa que hice cuando llegué a Buenos Aires fue visitar el Parque de la Memoria, la historia que ustedes han tenido. Nosotros hemos pasado por historias parecidas, pero ustedes llevan ya 40 años en democracia, llevan ya 40 años eligiendo a sus gobiernos, 40 años con los derechos humanos, al menos, no pasando por secuestros y muertes. Se que Argentina tiene, como todos, problemas graves: inflación, problemas de pobreza, problemas de crecimiento, de balanza de pagos. Todos los países los tienen, pero al menos tienen ustedes libertades políticas, al menos tienen ustedes un sistema democrático, al menos sus vidas están garantizadas.  

No siempre ha sido así y no en todas partes es así, créanme. Por desgracia, la democracia está en retroceso en el mundo: hay cada vez más regímenes autoritarios o que son demócratas formalmente [pero] la democracia se limita al hecho de ir a unas elecciones más o menos trucadas. No, la democracia es mucho más que esto y hay que profundizarla y cuidarla como un jardín o como un bebé: con mucho mimo. Si no la cuidamos, acaba degenerando y convirtiéndose en una pantomima, una ficción o en algo peor. Por eso queremos fomentar el debate de la participación ciudadana. Y no lo hacemos por generosidad, lo hacemos porque yo estoy perfectamente convencido de que la democracia de los demás preserva la mía, y la mía la de los demás. El desarrollo democrático de un país se hace en beneficio no solo suyo, sino de los otros: porque cuantas más democracias hay, y cuántos más se respeten los derechos humanos en un sitio, más se respetarán en otro.  

Con esto de la revolución digital, de los teléfonos que todos llevamos en el bolsillo – a veces más de uno –, hemos entrado en otro mundo que va a cambiar, está cambiando nuestras vidas. Yo veo a mis nietos que están todo el rato pegados a una pantalla tecleando y que sabe bajarse cosas de la red que yo no sé hacer. Y todos estamos inmersos en un mundo que no sabíamos, a veces, distinguir de ser real o imaginario, si es el universo o es eso que llaman el metaverso. Y eso está muy bien, pero también es una amenaza para nuestra privacidad: quién usa mis datos, quién sabe qué soy yo, qué saben de mí - creo que saben mucho – y quién administra estos datos, quién controla esta información, y para quien la usa.  

En el mundo hay varios modelos. Hay un modelo autoritario que los datos se usan para controlar, y hay más cámaras de vigilancia que le siguen, saben dónde está, y qué hace, qué lee, con quién se contacta, qué comunica. Es el estado el estado poderoso el que controla esta información y, por lo tanto, le controla a usted. En otros modelos, más bien de tipo, digamos, americano, quien controla los datos son grandes empresas que los usan para ganar dinero, mucho dinero. ¿Han visto por cuánto se ha vendido Twitter? 40.000 millones de dólares. Esto es aproximadamente el importe de la deuda argentina. Los datos generan beneficios muy poderosos y están controlados por empresas muy poderosas. Entre el modelo del autoritarismo estatal y el modelo del poder del mercado de la gran empresa hay un camino intermedio que es el control de la sociedad, el control por instituciones democráticas controladas por la gente a través de los procesos de participación política. Ese es el que estamos luchando en Europa para que sea el que exista en la realidad. He oído decir al nuevo dueño de Twitter que “ahora el pájaro está en libertad y va a volar libremente”. El comisario, mi colega francés, el comisario [Mercado Interior, Thierry] Breton que se encarga de la revolución digital dice: “ese pájaro, en Europa, volará de acuerdo con nuestras leyes”. Es una respuesta rápida e inteligente de decir bueno sí, pero cuidado que aquí tenemos normas y las normas las tenemos para proteger la privacidad, para proteger mi privacidad. Hay cosas sobre mí que no tienen por qué saber los demás y si saben demasiado es un peligro porque, o bien violan mi intimidad, o bien me somete a un control político excesivo. Ese nuevo mundo al que hay que hacer frente también necesita del compromiso de la gente.  

Por eso tengo el enorme placer de estar aquí, para lanzar estos proyectos de comunicación social en los que la Unión Europea se honra en compartir con gente de todo el mundo y fomentar la participación ciudadana. Espero tener también algún rato para poder disfrutar un poco de su maravillosa naturaleza y de ustedes.  

Muchas gracias por su amable acogida. 

 

Q&A

¿Por qué la Unión Europea tiene interés en financiar proyectos de cooperación en Argentina y en esta zona en particular de la Patagonia? 

Bueno, en Argentina y en otras muchas partes del mundo. Pero Argentina, dentro de América Latina, es un país para nosotros prioritario por su importancia estratégica, por su dimensión económica y por los inmensos lazos personales que tiene Europa y, en particular, España con este país. Luego, en esta zona porque esta es una zona donde tiene, a la vez, un desarrollo turístico importante, pero también una población muy dispersa con problemas de conectividad y por lo tanto de acceso a las nuevas tecnologías, y con problemas ambientales claros. Cuando se tiene la enorme riqueza ambiental que tienen ustedes – con sus lagos, sus montes, sus montañas, sus glaciares – el cambio climático les afecta más. Por eso creo que era bueno que escogiéramos este lugar para hacer esta clase de ejercicios de acción ciudadana que hacemos porque nos interesa mucho, como he explicado, que en todas partes la defensa de la democracia, de los derechos humanos y de la participación ciudadana en hacer frente a los problemas nos enriquezca a todos. 

¿América Latina se va como una zona de paz? ¿Esto es importante para la Unión Europea en tiempos de guerra? 

[América Latina] es una zona de paz. En América Latina, los países, ninguno tiene pensado agredir al vecino, nadie tiene pensado invadir al vecino de al lado. Tienen problemas de violencia: la sociedad en América Latina, desgraciadamente, es una de las sociedades más violentas del mundo. Pero no tienen problemas de confrontación interestatal, como por desgracia ahora tenemos en Europa. Eso hace de América Latina una fuerza de paz, que la Unión Europea también es una fuerza de paz. En un mundo donde la guerra vuelve a ser algo que no es imposible conviene que afiancemos nuestros lazos y cooperemos.  

América Latina también atraviesa procesos electorales significativos. Uno de ellos básicamente tendrá que ver este fin de semana en Brasil. ¿Cómo se siguen estos procesos de la Unión Europea en el marco de este conflicto mundial? ¿Qué rol juega justamente América Latina o Sudamérica en este contexto mundial? 

Como le decía, América Latina es una fuerza de paz. Con el presidente de la República ayer, con el presidente de la República de Uruguay hace dos días, en todas partes del encuentro dos cosas: primero, un rechazo a la invasión rusa de Ucrania, una violación de la soberanía y de la integridad territorial de un país; y, al mismo tiempo, la voluntad de buscar una salida que consiga un alto el fuego, primero, y una negociación, después. Y luego sobre lo que preguntaba antes - Brasil - primero y, antes que nada, ya sabe usted el pleno respeto a la decisión que tomen los brasileños. Es un país democrático, los candidatos a se han presentado, los conocen a los dos no pueden decir que ninguno sería una sorpresa y por lo tanto los brasileños les cogerán lo que consideren más oportuno para su futuro. Y nosotros cooperaremos con el uno y con el otro; lo hemos hecho con Lula antes, lo hemos hecho con Bolsonaro después, pero lo haremos con quien los brasileños digan. Y tenemos mucho de qué hablar con Brasil, muchísimo en materia de medio ambiente - sin duda alguna. Brasil es a la vez obra un depositario de una enorme biodiversidad, depositario de un pulmón del planeta y eso no es solo una obligación de Brasil, es una obligación de humanidad entera a preservar.  

¿Cuáles fueron las condiciones para elegir a Argentina después de todos los países que fue visitando la Unión Europea? 

Uruguay es el presidente pro tempore de Mercosur y Argentina es la presidenta pro tempore de CELAC, la gran organización que reúne a todos los países de Latinoamérica y del Caribe, que son muchos y muy importantes. Por lo tanto, un lugar normal para hacer un encuentro con América Latina era Buenos Aires. El gobierno se ofreció a actuar como anfitrión y convocamos una reunión de los ministros de los 60 países porque hacía 5 años casi que no nos reuníamos. Argentina, en su calidad de presidenta de CELAC, ha actuado como anfitrión - por cierto, un gran anfitrión. Esa es la razón para que haya podido ir a Buenos Aires. 

¿Hay una intención de fortalecer el Mercosur?  

Sí. Sí, pero no es sin dificultades, como ustedes saben. 

Consultarle sobre las últimas negociaciones Mercosur-Unión Europea.  

Desde que he pisado Argentina todo el mundo me pregunta por Mercosur, como es lógico. Es una gran variable para su futuro y para el nuestro. Se llegó a un acuerdo político de principio a finales del 2019, gracias a la influencia de España. Yo era entonces ministro de exteriores, canciller español. Pero, después, el acuerdo no ha avanzado porque han surgido dificultades de comprensión sobre lo que este acuerdo significa para la protección del medio ambiente y, en particular, la desforestación del Amazonas. En Europa hay mucha sensibilidad sobre esta cuestión. Ha habido elecciones en Francia, ha habido elecciones en Brasil. Nosotros hemos lanzado una iniciativa de política verde que, ciertamente, no estaba cuando se acordó en el 2019. Eso lo ha puesto un poco a la espera de. Yo, personalmente, creo que ya no hay mucho más tiempo que esperar porque, sino, será China la que ocupe el papel de Europa en América Latina. Espero que de aquí a fin de año podamos plantear en qué consisten nuestras preocupaciones ambientales, y de qué manera podemos hacerles frente juntos, y volver a negociar los aspectos que fueron entonces más difíciles y que todavía lo siguen siendo. Pero Argentina es una potencia agroalimentaria excepcional. Yo creo que ese acuerdo le abriría las puertas del mercado europeo y sería mucho más fácil para ustedes exportar sus productos.  

¿Cómo leen los altos índices de pobreza que hay en Argentina, que casi alcanza el 50% de la población? ¿Cómo se ve eso desde Europa, teniendo en cuenta la potencia que tiene Argentina para producir alimentos en el mundo? 

Así es, sin duda: Argentina tiene unos elevados niveles de pobreza. No son los únicos, pero son muy elevados. Eso requiere políticas de redistribución de la renta y de mayor producción. Pero eso es un problema interno de los argentinos; yo no soy quién para dar lecciones porque puedo decir que, desgraciadamente, en todas partes hay problemas sociales, y en España la mitad de los jóvenes están en paro, o sea que no podemos dar lecciones a nadie.  

 

Enlace al video: https://audiovisual.ec.europa.eu/en/video/I-232649

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