"COVID-19 muestra por qué es necesaria una acción mancomunada para tener una arquitectura sanitaria internacional más sólida" (TRADUCCIÓN NO FORMAL)

30.03.2021
Brussels

Artículo de opinión del Presidente Charles Michel, el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, y más de 20 líderes

La pandemia de COVID-19 es el mayor desafío para la comunidad mundial desde la década de 1940. En aquella época, tras la devastación de dos guerras mundiales, los líderes políticos se reunieron para forjar el sistema multilateral. Los objetivos eran claros: unir a los países, disipar las tentaciones del aislacionismo y el nacionalismo, y abordar los retos que sólo podían lograrse juntos en un espíritu de solidaridad y cooperación; es decir, la paz, la prosperidad, la salud y la seguridad.
Hoy mantenemos la misma esperanza de que luchando juntos para superar la pandemia del COVID-19 podamos construir una arquitectura sanitaria internacional más sólida que proteja a las generaciones futuras. Habrá otras pandemias y otras grandes emergencias sanitarias. Ningún gobierno u organismo multilateral puede hacer frente a esta amenaza por sí solo. La pregunta no es si sucederá, sino cuándo. Juntos debemos estar mejor preparados para predecir, prevenir, detectar, evaluar y responder eficazmente a las pandemias de forma altamente coordinada. La pandemia del COVID-19 ha sido un duro y doloroso recordatorio de que nadie está a salvo mientras no lo estén todos.
Por lo tanto, nos comprometemos a garantizar el acceso universal y equitativo a vacunas, medicamentos y diagnósticos seguros, eficaces y asequibles para ésta y futuras pandemias. La inmunización es un bien público mundial y tendremos que ser capaces de desarrollar, fabricar y desplegar las vacunas lo antes posible. 

Por eso se creó el Acelerador de Acceso a las Herramientas contra el COVID-19 (ACT-A), con el fin de promover la igualdad de acceso a las pruebas, los tratamientos y las vacunas, y apoyar los sistemas sanitarios de todo el mundo. ACT-A ha cumplido en muchos aspectos, pero todavía no se ha conseguido un acceso equitativo. Podemos hacer más para promover el acceso global.
Para ello, creemos que las naciones deberían trabajar juntas para lograr un nuevo tratado internacional de preparación y respuesta ante una pandemia.
Este compromiso colectivo renovado sería un hito en la intensificación de la preparación ante una pandemia al más alto nivel político. Estaría arraigado en la constitución de la Organización Mundial de la Salud, a la que se sumarían otras organizaciones relevantes clave para este esfuerzo, apoyando el principio de la salud para todos.  Los instrumentos sanitarios mundiales existentes, especialmente el Reglamento Sanitario Internacional, sustentarían dicho tratado, garantizando una base firme y probada sobre la cual podamos construir y mejorar.
El principal objetivo de este tratado sería fomentar un enfoque de todos los gobiernos y de toda la sociedad, reforzando las capacidades nacionales, regionales y mundiales y la resistencia ante futuras pandemias. Esto implica fortalecer ampliamente la cooperación internacional para mejorar, por ejemplo, los sistemas de alerta, el intercambio de datos, la investigación y la producción, así como la distribución local, regional y mundial de medidas médicas y de salud pública, como vacunas, medicamentos, diagnósticos y equipos de protección personal.
También incluiría el reconocimiento de un enfoque de "Una sola salud", que conecte la salud de los seres humanos, los animales y nuestro planeta. Y un tratado de esta naturaleza debiera conducir a una mayor rendición de cuentas mutua y una responsabilidad compartida, transparencia y cooperación dentro del sistema internacional, con sus reglas y normas.
Para conseguirlo, trabajaremos con los Jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo y con todas las partes interesadas, incluidas la sociedad civil y el sector privado. Estamos convencidos de que es nuestra responsabilidad, como líderes de naciones e instituciones internacionales, garantizar que el mundo aprenda las lecciones de la pandemia del COVID-19.
En un momento en el que el COVID-19 ha explotado nuestras debilidades y divisiones, debemos aprovechar esta oportunidad y unirnos como comunidad global para contar con una cooperación pacífica que se extienda más allá de esta crisis. Fortalecer nuestras capacidades y sistemas para lograrlo tomará tiempo y requerirá un compromiso político, financiero y social sostenido durante muchos años.
Nuestra solidaridad para garantizar que el mundo esté mejor preparado será nuestro legado, que protegerá a nuestros hijos y nietos y minimizará el impacto de futuras pandemias en nuestras economías y sociedades.
La preparación frente a las pandemias requiere de un liderazgo mundial para lograr un sistema sanitario global apto para este milenio. Para hacer realidad este compromiso, debemos guiarnos por la solidaridad, la justicia, la transparencia, la inclusión y la equidad.
Por J. V. Bainimarama, Primer Ministro de Fiyi; Prayut Chan-o-cha, Primer Ministro de Tailandia; António Luís Santos da Costa, Primer Ministro de Portugal; Mario Draghi, Primer Ministro de Italia; Klaus Iohannis, Presidente de Rumanía; Boris Johnson, Primer Ministro del Reino Unido; Paul Kagame, Presidente de Ruanda; Uhuru Kenyatta, Presidente de Kenia; Emmanuel Macron, Presidente de Francia; Angela Merkel, Canciller de Alemania; Charles Michel, Presidente del Consejo Europeo; Kyriakos Mitsotakis, Primer Ministro de Grecia; Moon Jae-in, Presidente de la República de Corea; Sebastián Piñera, Presidente de Chile; Carlos Alvarado Quesada, Presidente de Costa Rica; Edi Rama, Primer Ministro de Albania; Cyril Ramaphosa, Presidente de Sudáfrica; Keith Rowley, Primer Ministro de Trinidad y Tobago; Mark Rutte, Primer Ministro de los Países Bajos; Kais Saied, Presidente de Túnez; Macky Sall, Presidente de Senegal; Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno de España; Erna Solberg, Primera Ministra de Noruega; Aleksandar Vučić, Presidente de Serbia; Joko Widodo, Presidente de Indonesia; Volodymyr Zelensky, Presidente de Ucrania, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud.