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El Consejo de Asociación UE-Israel ha debatido el difícil camino hacia la paz en la región

Blog del AR/VP — El lunes pasado celebramos la reunión del Consejo de Asociación UE-Israel por primera vez en diez años. Era importante relanzar este canal de diálogo al más alto nivel entre la UE e Israel. Somos afines en muchos sentidos y cooperamos en muchos ámbitos. Al mismo tiempo, esta reunión también brindó la oportunidad de tratar sobre cuestiones en las que no estamos de acuerdo, como el proceso de paz y la situación en los territorios palestinos. Hacer ambas cosas es el objetivo la diplomacia y de una buena asociación.

«Solo las propias partes pueden negociar la paz, pero otros actores importantes pueden ayudar, incluida la UE.»

Después de tantos años, había mucho que hablar sobre muchos temas de nuestra agenda común. Lamentablemente, el primer ministro Lapid, que actualmente también es ministro de Asuntos Exteriores, no pudo asistir al Consejo en persona, pero mantuvimos un diálogo con él por videoconferencia previamente y con la delegación israelí encabezada por el ministro de Inteligencia, Elazar Stern, que había viajado a Bruselas para nuestra reunión.

En muchos sentidos, la UE e Israel comparten muchos puntos de vista. La UE es el mayor socio comercial de Israel. Cooperamos con Israel en numerosos ámbitos, más que con cualquier otro país de la región. Israel tiene un historial impresionante en el marco de nuestro programa de investigación Horizonte. Israel es, por ejemplo, pionero en tecnología del agua y en agricultura en climas cálidos, algo muy interesante para nosotros. En el ámbito de la energía hemos firmado recientemente un acuerdo trilateral con Egipto que permitirá que el gas israelí llegue a la UE.

Además, los contactos interpersonales entre la UE e Israel son intensos. Muchos israelíes viven en Europa y muchos ciudadanos europeos viven en Israel. La UE ha adoptado una estrategia amplia para luchar contra el antisemitismo; esta lucha es una prioridad clave para la UE e Israel. También debatimos sobre el terrorismo y la estabilidad regional en todo Oriente Medio, que son cuestiones que nos preocupan profundamente a ambos. En general, la relación bilateral entre la UE e Israel es sólida y muy constructiva. Además, estamos dispuestos a reanudar todas las reuniones con Israel, en particular sobre cuestiones políticas y derechos humanos.

Naturalmente, la reunión del Consejo de Asociación también brindó la oportunidad de abordar cuestiones sobre las que no estamos de acuerdo. En un documento de Posición Común previo a la reunión, los 27 Estados miembros de la UE establecieron sus prioridades para la relación, así como las cuestiones en las que tenemos discrepancias con Israel. La más importante de esa lista es la persistente falta de progreso hacia una solución del conflicto israelo-palestino.

En los últimos treinta años, miles de personas han muerto innecesariamente por culpa de este conflicto. Millones de palestinos siguen viviendo bajo la ocupación, en cada vez menos tierras y en un contexto en el que la solución de dos Estados es cada vez menos viable. Millones más siguen siendo refugiados. Mientras tanto, millones de israelíes viven con el temor de un ataque terrorista inspirado en el conflicto, como los que se han cobrado numerosas vidas en las últimas décadas.

Hay muchas razones por las que este conflicto continúa, entre ellas el terrorismo y la inestabilidad regional. Debemos hacer un análisis honesto de las causas profundas y pedimos a todos que pongan de su parte para abordarlas. Ciertamente, la continuación del conflicto es perjudicial para todos. Significa prolongar el sufrimiento y la inseguridad para las personas de ambos bandos. Y eso, a su vez, amenaza la estabilidad a largo plazo de Israel y, para muchos, su prestigio internacional. Como amigos y socios de Israel, tenemos que abordar esta cuestión; para mí, ese fue un motivo clave para organizar esta reunión oficial después de tantos años.

La UE aprovechó el Consejo de Asociación para expresar sus opiniones y escuchar las de Israel sobre una serie de cuestiones difíciles, como el cierre de Gaza y el sufrimiento de sus aproximadamente 2,3 millones de habitantes; la construcción continua de nuevos asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este; la persistente violencia de los colonos sin rendición de cuentas; los desahucios de numerosos palestinos «de una zona de tiro israelí»; el número de víctimas, especialmente niños; la demolición de estructuras humanitarias financiadas por la UE; las detenciones administrativas; la erosión del statu quo en los Santos Lugares y la designación de ONG respetadas como organizaciones terroristas. Todas estas cosas ocurren hoy en día sin ninguna mejora. Como ya dije en Nueva York durante la semana de la Asamblea General de las Naciones Unidas, estas cosas son difíciles de entender para nosotros y para otros amigos cercanos de Israel. Tenemos que debatir estas cuestiones abiertamente, y eso es lo que intentamos hacer en esta ocasión.

Al tiempo que debatimos las crisis de hoy, debemos abordar las cuestiones fundamentales de mañana. Queremos que Israel nos diga qué paz necesita y quiere, cómo podemos contribuir a su seguridad y qué está dispuesto a hacer para atender las legítimas demandas de los palestinos de tener su propio Estado. Por supuesto, también debemos preguntar a las autoridades palestinas cómo quieren lograr la paz y responder a las preocupaciones de Israel en materia de seguridad. Para ello, nos pondremos en contacto con ellas para mantener un intercambio al más alto nivel posible. La parte palestina también tiene cuestiones por resolver, en materia de reformas, de gobernanza y de prestación de servicios básicos a su población. Ofreceremos nuestro apoyo, pero también tenemos expectativas y preguntas para los palestinos.

Como UE, tenemos que desarrollar una perspectiva práctica sobre cómo ayudar a construir una paz futura. Por eso organicé hace dos semanas, en la semana de alto nivel de las Naciones Unidas en Nueva York, a iniciativa de Arabia Saudí y de la Liga Árabe, una reunión con dirigentes árabes encaminada a revitalizar y desarrollar la Iniciativa Árabe de Paz de 2002. Inspirándose en los recientes acuerdos de normalización con cuatro Estados árabes, ¿es posible avanzar hacia una paz regional global que ponga fin al conflicto israelo-palestino y ofrezca al mismo tiempo a la región una cooperación considerable en materia de seguridad, comercio y otros asuntos? No cabe duda de que el camino que queda por recorrer es largo y difícil, pero debemos contemplar todos los medios para llevar la paz y la prosperidad no solo a Israel y Palestina, sino a toda la región.

Para ello, he pedido a Sven Koopmans, representante especial de la UE, que explore con todas las partes y los socios internacionales las oportunidades de cooperación en materia de seguridad, comercio, agua, energía, innovación y otros ámbitos que la paz traería consigo, y que trabaje dentro de la UE para determinar con qué podríamos contribuir a estos esfuerzos.

Sentí en Nueva York que existe un interés cada vez mayor por profundizar estas reflexiones. Nos gustaría colaborar con todas las partes para tener una visión nueva de la paz regional y contribuir a ese futuro pacífico. La reunión del Consejo de Asociación con Israel fue un primer paso en ese camino.

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Josep Borrell former HR/VP

"Una ventana al mundo" - Blog del Alto Representante de la UE / Vicepresidente de la Comisión Europea Josep Borrell

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