Reconstruir a mejor para un mundo equitativo y sostenible

21.09.2021

En un momento en el que la violencia, las divisiones y las crisis dominan las noticias diarias, el Día Internacional de la Paz nos sirve para recordar lo que podemos lograr juntos.

El Día de la Paz, establecido por las Naciones Unidas, es una oportunidad colectiva para reconocer que la paz es el camino que todos deberíamos estar siguiendo para propiciar un mundo equitativo y sostenible. La propia existencia de la UE es un ejemplo de lo que podemos lograr juntos. Hace casi sesenta y cinco años, los tratados que se firmaron en Roma abrieron el camino al periodo de paz más largo de la historia escrita de sus miembros fundadores.

Esta semana la 76.ª Asamblea General de las Naciones Unidas reúne a dirigentes mundiales, a la sociedad civil, a jóvenes y a empresas internacionales para debatir y definir nuestro futuro colectivo con el fin de reconstruir a mejor. Es el segundo año que la semana de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas se celebra en el contexto de un mundo profundamente polarizado, en el que la pandemia supone un factor agravante.

En el Día Mundial de la Paz, el principio «nadie estará a salvo hasta que todo el mundo esté a salvo» adquiere un mayor significado. Durante los últimos dos años, la COVID-19 ha sido nuestro enemigo común y ha hecho que la comunidad internacional esté más cerca de aceptar una dura realidad, a saber, que las naciones no pueden lograr por sí solas un futuro seguro y sostenible. La cooperación internacional basada en valores y normas universales sigue siendo, sin duda, el medio más eficaz de gobernar las relaciones mundiales de un modo beneficioso para todos.

Es por ello que entre las principales prioridades de la UE ante las Naciones Unidas se encuentran una gobernanza internacional eficaz y unas Naciones Unidas preparadas para el siglo XXI. En la lucha contra la COVID-19, la UE promueve la salud mundial como un bien público —y, en este sentido, apoya plenamente a la Organización Mundial de la Salud— y aúna fuerzas con los socios internacionales para apoyar la prevención, los tratamientos y la investigación en materia de vacunas. La UE y sus Estados miembros han destinado 3 000 millones de euros al Mecanismo COVAX, el instrumento de colaboración mundial para acelerar el desarrollo de vacunas y su entrega a países de renta media y baja, y están prestando ayuda a los más necesitados mediante la movilización de 46 000 millones de euros de apoyo financiero para hacer frente a las consecuencias humanitarias, sanitarias, sociales y económicas de la crisis.

Estamos trabajando codo con codo con las Naciones Unidas para reforzar la seguridad y la paz internacionales. Defendemos los mismos principios y damos prioridad a la prevención y la consolidación de la paz, abordando las causas profundas de los conflictos y las crisis. La situación actual en Afganistán es un amargo recordatorio de que las mujeres y las niñas son las primeras en sufrir en situaciones de conflicto y fragilidad, razón por la cual las mujeres y las niñas ocupan un lugar central en nuestra política de paz y seguridad.

La UE aplica un enfoque integrado de los conflictos y crisis que abarca desde la prevención de conflictos y la consolidación de la paz hasta la respuesta a las crisis y la estabilización, y coopera estrechamente con las Naciones Unidas tanto a nivel político (para garantizar la existencia de sinergias entre los buenos oficios de las Naciones Unidas y de la UE) como a nivel operativo (para garantizar una planificación temprana y la coordinación sobre el terreno). Como actores internacionales, creamos nexos con los contextos locales y procuramos tender puentes entre las realidades locales, prestando apoyo a otros actores como los mediadores internos y, de manera más general, a la infraestructura de paz a nivel mundial.

La paz no es simplemente la ausencia de conflicto. Las desigualdades, el racismo, la intolerancia, el cambio climático y la desinformación, por citar solo algunos ejemplos, son formas de violencia que se cobran vidas, en lugar de salvarlas. La UE y las Naciones Unidas trabajan juntas en más de 170 países y en todos los ámbitos de actuación, a favor de la paz, el diálogo y la cooperación, para fomentar los derechos humanos, el Estado de Derecho y el desarrollo sostenible, y para luchar contra el cambio climático y la degradación medioambiental.

Para recuperarnos de los efectos devastadores de la pandemia debemos hacer las paces unos con otros y con la naturaleza.

Desde el aumento de las temperaturas hasta los fenómenos meteorológicos extremos, las repercusiones del cambio climático afectan a todo el planeta. El cambio climático es un «multiplicador de riesgos» y, por esa razón, puede repercutir significativamente en la paz y la seguridad internacionales y en la estabilidad y resiliencia de las sociedades. Por eso, durante la última década, el nexo entre clima y seguridad ha cobrado importancia entre los objetivos de la UE, y esta semana se adoptará un concepto de enfoque integrado en materia de cambio climático y seguridad. Este concepto ofrecerá un marco global para abordar el nexo entre clima y seguridad en todo el ciclo del conflicto y a todas las escalas (internacional, regional, nacional y local), así como en el marco de nuestras asociaciones.

Para evitar que los desafíos medioambientales se conviertan en fuentes de conflicto o se traduzcan en inseguridad alimentaria, desplazamientos de población y migraciones forzosas, la UE colabora con sus socios para reforzar la resiliencia climática y medioambiental. Más del 40 % de la financiación pública mundial destinada a la lucha contra el cambio climático procede de la UE. Además, la UE ha decidido recientemente duplicar el importe de su financiación exterior para la biodiversidad, en particular para los países más vulnerables.

 

Contexto

La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el Día Internacional de la Paz en 1981. Dos décadas más tarde, en 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó por unanimidad que se proclamara dicho día como periodo de no violencia y alto el fuego. Durante la pandemia, la UE ha respaldado plenamente el llamamiento del secretario general de las Naciones Unidas a favor de un alto el fuego a nivel mundial.

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