Primeras conclusiones de la Misión: Bolivia celebra unas elecciones bien organizadas en un contexto plural y competitivo
En palabras del jefe de Misión, Davor Stier, “estas elecciones estuvieron bien organizadas y el pueblo boliviano se pudo expresar en las urnas libremente. La gran afluencia de ciudadanos fue una buena muestra de patriotismo y civismo. El SIREPRE funcionó como debía, reforzando así la confianza en el proceso electoral. El 17 de agosto fue un muy buen día para la democracia”.
Por su parte, la jefa de la delegación del Parlamento Europeo, Annalisa Corrado, afirmó: “Ha sido para nosotros, europarlamentarios de seis países diferentes de la Unión Europea representando un amplio abanico político, un honor haber venido a Bolivia para acompañar el país en un momento tan importante de su historia y observar las elecciones generales que se celebraron el 17 de agosto en un ambiente mayoritariamente tranquilo y cívico con gran entusiasmo de su población. Estamos convencidos de que este proceso consolidará la democracia y esperamos que traiga más cohesión social a este Estado plurinacional. Estamos listos para venir a observar la segunda vuelta con la esperanza que un espíritu constructivo para el bien del pueblo boliviano se mantenga a lo largo de los dos próximos meses de campaña electoral".
A continuación, las conclusiones preliminares de la Misión en las diferentes áreas de observación:
Contexto
Las elecciones del 17 de agosto tuvieron lugar en un contexto de crisis política, institucional y socioeconómica. Este escenario de crisis vino alimentado por divisiones en el partido gobernante, una legislatura casi paralizada, con una inflación creciente y con escasez de combustible y divisas.
Campaña electoral
Las libertades fundamentales fueron respetadas durante una campaña electoral discreta basada en métodos tradicionales, como las visitas puerta a puerta. Los debates políticos fueron una característica distintiva de este proceso electoral y contribuyeron positivamente a informar a los votantes. En general, los candidatos hicieron campaña libremente en todo el país, salvo en algunas zonas específicas.
Marco jurídico
El marco jurídico electoral ofrece garantías suficientes para la celebración de elecciones democráticas. No obstante, siguen existiendo algunas lagunas normativas y dificultades de aplicación. El sistema de financiación política y de las campañas electorales requiere mejoras adicionales. Además, el mecanismo para hacer frente a la violencia política contra las mujeres necesita de instrumentos más sólidos de aplicación. Existen también imprecisiones en el proceso de registro de candidaturas. De hecho, las listas definitivas de candidatos se publicaron solo un día antes de la jornada electoral.
Logística electoral
Los preparativos electorales fueron adecuados y cumplieron con los plazos, a pesar de los importantes retos planteados por la grave crisis económica que atraviesa el país. Sin embargo, muchos interlocutores cuestionaron la autonomía del Tribunal Supremo Electoral (TSE) frente a la presión política y la intromisión del Tribunal Constitucional en asuntos de competencia del TSE. El TSE también sufrió una prolongada crisis de liderazgo, divisiones internas y, en ocasiones, falta de transparencia en su funcionamiento. No obstante, el presidente en funciones del TSE logró preservar la independencia y la neutralidad, contribuyendo así a la confianza de la ciudadanía en la institución.
Tecnología electoral
En este proceso electoral se incorporaron diversas tecnologías, sobre todo para la transmisión de los resultados preliminares (SIREPRE) y para el recuento de los resultados oficiales (SCORC). El TSE implementó con rotundo éxito el sistema de resultados preliminares y comunicó los resultados a primera hora de la noche electoral, restableciendo así la confianza de las partes interesadas y confirmando la celebración de una segunda vuelta presidencial.
Medios de comunicación
El panorama mediático boliviano es plural, aunque polarizado, lo que dio voz a un amplio abanico de opiniones políticas. La MOE UE constató una capacidad desigual de los diferentes candidatos para financiar espacios solicitados en los medios de comunicación. Además, el equilibrio en términos de cobertura mediática de los candidatos en los noticieros y programas electorales especiales no fue respetado de forma sistemática. La libertad de expresión y la libertad de prensa fueron globalmente respetadas, excepto en algunas zonas donde se limitó el acceso a los periodistas.
Redes sociales
Las redes sociales fueron un elemento clave de la comunicación política, con ecosistema digital protagonizado por las campañas en TikTok, un gasto publicitario desigual que favoreció a los candidatos con más recursos y una campaña de desinformación sofisticada generada por inteligencia artificial. De manera adicional, la campaña del oficialismo utilizó a funcionarios públicos y medios estatales para amplificar sus mensajes. La desinformación electoral giró en torno a encuestas falsas, supuestos fallos del SIREPRE y denuncias de manipulación de los resultados. A pesar de la evidente falta de recursos humanos y un reglamento inadecuado, el monitoreo de las redes sociales del TSE logró identificar un número significativo de casos relacionados con el discurso de odio, la desinformación y otras violaciones de la campaña en línea.
Participación política de las mujeres
A pesar de que el país cuenta con una de las cifras más altas a nivel mundial de participación femenina en la Asamblea Legislativa y dispone de un marco jurídico sólido, siguen existiendo dificultades para combatir el acoso político y la violencia contra las mujeres. La única candidata presidencial retiró su candidatura dos semanas antes de la cita electoral alegando, entre otras razones, violencia política por motivos de género.
Participación de los pueblos indígenas originarios
A día de hoy persisten obstáculos a la participación de las comunidades indígenas. La Ley de Organizaciones Políticas limita la participación directa de las organizaciones indígenas a las elecciones subnacionales, restringiendo así los derechos otorgados por la Constitución.
Papel de los observadores nacionales
La presencia de unos 3.000 observadores contribuyó a la transparencia del proceso. Observa Bolivia desplegó unos 1.200 observadores en todo el país y Observación Ciudadana de la Democracia desplegó 700 observadores. La Defensoría del Pueblo también desplegó 900 observadores. Además de la MOE UE, otros grupos internacionales participaron en la observación, entre ellos la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Desarrollo de la jornada electoral
La jornada electoral transcurrió de forma pacífica, ordenada y bien organizada. Se registraron incidentes aislados que no afectaron el buen desarrollo de las operaciones de voto. La MOE UE observó la votación en 422 mesas electorales de 45 provincias de los nueve departamentos. La apertura y la votación se evaluaron positivamente en casi todos los casos, y los procedimientos se describieron como eficientes, garantizándose el secreto del voto en la gran mayoría de las observaciones. Se observó el recuento en 53 mesas electorales y, en general, fue transparente, rápido y eficiente, aunque en ocasiones se realizó con prisas. La transmisión de los resultados preliminares se desarrolló sin problemas técnicos, con más del 90 % de los resultados procesados y publicados en línea a las 21:00 horas. Los observadores de la Unión Europea continúan observando el cómputo nacional y el TSE está mejorando la transparencia mediante la publicación en línea de las actas escaneadas.
La MOE UE publicará un informe final con las conclusiones definitivas de observación una vez concluya el proceso electoral, en el que incluirá recomendaciones para la mejora de futuros comicios.
La declaración preliminar completa se encuentra en el siguiente PDF:
CONTACT DETAILS
Silvia de Félix, responsable de prensa y comunicación de la MOE UE Bolivia 2025
WhatsApp +591 715 38 474