Día Mundial del Agua: Declaración conjunta del Alto Representante/Vicepresidente Josep Borrell y del Comisario Virginijus Sinkevičius
Hoy, con motivo del Día Mundial del Agua y de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, hacemos un llamado a una audaz acción mundial sobre el agua para proteger las fuentes mundiales y el suministro de agua.
Ahora más que nunca, el mundo se enfrenta a una crisis de estrés hídrico debido al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Este no es solo un desafío particularmente crítico para el 40 % de la población mundial que vive en las zonas afectadas, sino que es vital para todos nosotros. 2022 vio la peor sequía en 500 años y se espera que esta tendencia continúe. Dos mil millones de personas en el mundo no tienen acceso a agua potable, mientras que casi la mitad de la población mundial, 3.600 millones de personas, carece de saneamiento seguro. El acceso al agua potable es un derecho humano fundamental. La UE sigue apoyando el acceso universal a los servicios de agua, saneamiento e higiene a través de su cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria.
La UE está trabajando arduamente para aumentar el acceso al agua, el saneamiento y la higiene en todo el mundo. A partir de 2014-2020, la UE invirtió 3 700 millones EUR para ello, con 1 700 millones EUR desembolsados en África. De aquí a 2030, el objetivo de la UE es apoyar el acceso de 70 millones de personas a una mejor fuente de agua potable o instalaciones de saneamiento. También trataremos de movilizar al sector privado con financiación innovadora.
El Equipo Europa está poniendo a disposición más de 1 100 millones de euros para la cooperación transfronteriza en materia de agua, trabajando en la mejora de la gobernanza, el conocimiento y las inversiones con más de 47 países, en 18 grandes cuencas de aguas transfronterizas.
El estrés hídrico es también un motor de inestabilidad geopolítica y desencadena conflictos. La gestión sostenible de los recursos hídricos y la cooperación transfronteriza son herramientas poderosas para la prevención de conflictos, como demuestran el trabajo y la experiencia de la UE en este ámbito.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua debe ser el comienzo de un nuevo compromiso mundial para aumentar nuestra resiliencia colectiva al estrés hídrico.
Para ello, debemos trabajar con socios y abordar una serie de contaminantes antiguos y nuevos que afectan la calidad de las aguas superficiales y subterráneas. Algunos son extremadamente persistentes incluso para el tratamiento de aguas residuales más avanzado.
Como parte del Pacto Verde Europeo, la contaminación se aborda ahora en su origen y a través de políticas climáticas ambiciosas, trabajamos para limitar la ocurrencia y el impacto de las sequías. Necesitamos valorar más el agua y gestionarla de manera integrada, a través de los límites. El ciclo del agua rota debe fijarse aumentando la capacidad natural de retención de agua de los ecosistemas: nutrir nuestros suelos, aumentar los bosques, preservar y restaurar los humedales.
El mundo necesita una agenda audaz de acción en materia de agua para la salud y la prosperidad de las personas y el planeta. No podemos darnos el lujo de ser complacientes, y estamos listos para hacer nuestra parte para crear un mundo resistente al agua.