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¿Cómo convertir a la UE en un actor mundial?

4/02/2021 — Blog del AR/VP — A invitación de la Fundación Robert Schuman, presenté el pasado lunes las prioridades en las que trabajaremos este año: aliviar las tensiones en nuestra vecindad, organizar un nuevo comienzo con los Estados Unidos, reequilibrar nuestras relaciones con China, poner por obra nuestra «autonomía estratégica» y relanzar el multilateralismo.

 

El lunes pasado, la Fundación Robert Schuman me pidió que interviniera sobre el tema «La Unión Europea como actor mundial». En primer lugar, me brindó la oportunidad de honrar la memoria de este ilustre Ministro de Asuntos Exteriores francés, que desempeñó un papel decisivo en el lanzamiento de la integración europea con su famosa declaración de 9 de mayo de 1950.

Cinco prioridades para convertir a la UE en un actor mundial

Siete décadas después, la tarea está aún lejos de completarse, especialmente en el ámbito del que soy responsable: la política exterior y de defensa. Este fue el tema de mi intervención: a principios de 2021 hicimos balance de las cinco prioridades en las que nos concentramos para hacer realidad nuestra ambición de convertir a la UE en un actor mundial.

En primer lugar, debemos seguir dedicando gran parte de nuestras energías a nuestra vecindad inmediata, dadas las grandes amenazas y desafíos que se multiplican en nuestras fronteras, desde los Balcanes hasta África, desde el Mediterráneo oriental hasta Rusia.

 

«Desde diciembre hemos tomado nota de declaraciones alentadoras y algunas medidas positivas de Ankara. Pero todavía estamos a la espera de propuestas y hechos concretos».

 

En nuestras relaciones con Turquía, desde el pasado mes de diciembre hemos tomado nota de declaraciones alentadoras y algunas medidas positivas de Ankara, como la reanudación de las consultas entre Grecia y Turquía sobre la delimitación de las zonas marítimas. Sin embargo, ahora necesitamos propuestas y hechos concretos para avanzar. Por lo tanto, nuestro objetivo sigue siendo claro: queremos abandonar la dinámica negativa que caracterizó 2020 y volver a cooperar para desarrollar una relación mutuamente beneficiosa con Turquía, un vecino y un socio clave de la UE.

 

«Nuestros socios africanos prestarán especial atención a nuestro apoyo ante la crisis de la COVID-19»

 

En los próximos meses, nuestra relación con África también será una prioridad. En el contexto actual, nuestros socios africanos prestarán especial atención a nuestro apoyo ante la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, en particular mediante la reducción de la deuda. La UE también está firmemente comprometida a trabajar con nuestros socios africanos en el Sahel para garantizar la estabilidad y el desarrollo de la región frente al terrorismo islamista. Y el reto es enorme.

Por último, en cuanto a Rusia, viajo hoy a Moscú, en un contexto difícil. La Unión Europea condenó inmediatamente la detención de Alexéi Navalni a su regreso a Rusia el 17 de enero y su condena el 2 de febrero, y reclama su liberación. También seguimos pidiendo a las autoridades rusas que investiguen urgentemente su intento de asesinato. Condenamos asimismo la represión violenta y masiva de las manifestaciones en estas últimas semanas, que confirma la reducción del espacio autorizado a la oposición en Rusia.

 

«Rusia sigue siendo un vecino y un socio clave con el que tenemos que mantener un diálogo exigente si queremos convertirnos realmente en un actor mundial».

 

Sin embargo, Rusia sigue siendo un vecino y un socio clave con el que tenemos que mantener un diálogo exigente si queremos convertirnos realmente en un actor mundial y poder influir en asuntos fundamentales para nuestra seguridad, como la situación en Siria, Libia, Nagorno-Karabaj, Bielorrusia y Ucrania. Este es el objetivo de mi visita.

Después tenemos que organizar un nuevo comienzo de nuestras relaciones con Estados Unidos. Desde su toma de posesión el 20 de enero, Joe Biden ha mostrado otra cara de América. La que conocemos y que nos tranquiliza. Los contactos iniciales con el nuevo Gobierno estadounidense son muy alentadores y ayudan a allanar el camino para una asociación virtuosa y exigente.

 

«Los primeros contactos con el nuevo Gobierno estadounidense son muy alentadores y ayudan a allanar el camino hacia una asociación virtuosa y exigente»

 

No obstante, el relanzamiento de las relaciones entre la UE y EE.UU. no significa que estaremos necesariamente siempre de acuerdo en todo en el futuro, aunque es evidente que seguimos compartiendo un conjunto de valores comunes. Europa se ha ido convenciendo gradualmente de la necesidad de mudar para poder dar respuesta a los retos de nuestro tiempo. Una Europa más autónoma en el plano estratégico será también un socio más eficaz para los Estados Unidos. Queremos además trabajar juntos prioritariamente en la respuesta a la crisis climática, en el comercio y la inversión y en la regulación de las nuevas tecnologías.

En términos de política exterior en el sentido más tradicional, tampoco faltan temas de interés común. Empezando por las crisis en la vecindad oriental de la UE, donde tenemos que defender conjuntamente la soberanía y las reformas en Ucrania, y desarrollar un enfoque sólido y coherente con Rusia. También debemos coordinar mejor nuestros compromisos con la orilla meridional del Mediterráneo, en Oriente Próximo y en el Golfo Pérsico.

Hacer volver a Estados Unidos al acuerdo nuclear con Irán

Por último, como coordinador del acuerdo nuclear con Irán, trabajé intensamente a lo largo de todo 2020 para mantenerlo con vida. Junto con la administración de Biden, tenemos que encontrar ahora la manera de que Estados Unidos vuelva al acuerdo, garantizando al mismo tiempo que Irán lo cumpla de nuevo plenamente.

A continuación, tenemos que reequilibrar nuestras relaciones con China. En nuestras relaciones con esta superpotencia, nuestra unidad es un requisito previo esencial: ningún país de la UE puede defender por sí solo sus intereses frente a un país de estas dimensiones. La cooperación con China es necesaria en ámbitos como el cambio climático, pero igualmente en la lucha contra la pandemia de COVID-19 o la reducción de la deuda de los países pobres, etc.

Mejorar el acceso al mercado chino

En este contexto, a finales de 2020 celebramos un acuerdo global en materia de inversiones que nos permitirá mejorar el acceso de nuestras empresas al mercado chino. Pero no debemos hacernos ilusiones y debemos vigilar la estricta aplicación de los compromisos adquiridos por China en el ámbito de las ayudas estatales o el Derecho laboral.

Al mismo tiempo, todo el mundo es testigo del inaceptable comportamiento del Gobierno chino en Hong Kong o Xinjiang. Lo hemos condenado sin ambigüedades y seguiremos haciéndolo. Por lo tanto, según los asuntos de que se trate, debemos seguir considerando a China como un socio, como un competidor y como un rival.

 

«Hemos debatido largamente acerca de la autonomía estratégica, pero la pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la urgencia de ponerla por obra»

 

También tenemos que poner por obra la autonomía estratégica europea. Hemos debatido largamente este concepto, pero la pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de ponerlo en práctica. No se trata de pretender la autarquía ni de convertirse al proteccionismo, sino de ser dueños de nuestras propias prerrogativas para decidir sobre nuestro futuro.

Esto exige que Europa corrija sus vulnerabilidades en una amplia gama de ámbitos, desde las infraestructuras digitales y críticas hasta las tierras raras, la salud y la defensa. El siguiente paso consiste en adoptar una Orientación estratégica, una brújula estratégica, para forjar una cultura estratégica europea y desarrollar una lengua común en materia de seguridad y defensa.

Revitalizar el multilateralismo

Por último, pero no menos importante, tenemos que conseguir urgentemente la revitalización del multilateralismo. El regreso de Estados Unidos a la escena mundial es un importante punto de apoyo en este sentido, pero también esperamos que otros países, incluidas China y Rusia, acepten modificar su enfoque excesivamente selectivo de la cooperación dentro y fuera de las Naciones Unidas.

No obstante, abogar por un «orden internacional reglado» y una «cooperación internacional basada en normas» siempre será un eslogan menos movilizador que «recuperemos el control» o «América primero». Para que el multilateralismo vuelva a ser creíble, debemos procurar que ofrezca resultados tangibles a los ciudadanos.

 

«Para que el multilateralismo vuelva a ser creíble, debemos procurar que ofrezca resultados tangibles a los ciudadanos»

 

Así debe ser, en particular, este año en lo que respecta a la vacuna contra la COVID-19. Debido, sobre todo, a la aparición de nuevas variantes, nadie estará realmente seguro hasta que se haya vacunado a toda la población mundial. A lo largo de este año, una de las principales preguntas que se harán en Europa y en el mundo entero será: ¿cuántas vacunas vamos a recibir y cuándo?

 

 «Estamos plenamente comprometidos a ayudar a nuestros socios a vacunar a sus poblaciones, en particular mediante la iniciativa mundial COVAX, de la que la UE es el mayor donante»

 

En este contexto, existe un riesgo muy grave de que se imponga el «nacionalismo de las vacunas» o la «diplomacia de las vacunas», situándose en primera línea los países más ricos y poderosos. Esta no es nuestra posición. Al mismo tiempo que vacunamos a la población europea, estamos plenamente comprometidos a ayudar a nuestros socios a vacunar a sus ciudadanos, en particular mediante la iniciativa mundial COVAX, de la que la UE es el mayor donante.

Nuestra segunda gran prioridad multilateral para 2021 es, por supuesto, la lucha contra la crisis climática, con la vista puesta en la COP26 que se celebrará en Glasgow el próximo mes de noviembre. Nunca habrá una vacuna contra el cambio climático y debemos aplanar sin demora la curva de emisiones.

 

 «Nunca habrá una vacuna contra el cambio climático y debemos aplanar sin demora la curva de emisiones»

 

La UE se ha fijado el ambicioso objetivo de lograr la neutralidad en carbono en 2050. A su vez, China ha hecho pública su intención de llegar a ser neutra en carbono en 2060. Estados Unidos acaba de decidir volver al Acuerdo de París y también debe fijarse objetivos ambiciosos. Es urgente que India, Rusia, Brasil y otros grandes emisores se sumen a este movimiento y haremos todo lo posible por convencerlos.

Trabajo por hacer

En resumen, tenemos trabajo por hacer este año para convertir a Europa en un verdadero actor mundial. Sin contar, por supuesto, con el estallido de crisis inesperadas, como la aparición de la COVID-19 con gran estrépito el año pasado.

 

 

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