El debate sobre la seguridad europea y el papel de la UE, así como el de nuestros socios estratégicos, está de plena actualidad. La reciente cumbre de la OTAN en Madrid ha sido un éxito para la alianza transatlántica, tanto en lo que se refiere a la unidad estratégica que manifestó como a las decisiones concretas que allí se tomaron. La cumbre puso de nuevo énfasis en la tarea de defensa colectiva de la OTAN, en particular en los planes para reforzar su presencia en el flanco oriental y aumentar el número total de fuerzas de alta disponibilidad. Todos los dirigentes han reiterado su compromiso de ayudar a Ucrania a defenderse ante la agresión de Rusia hasta que pueda recuperar plenamente su soberanía. Los dirigentes también han acordado seguir adelante con la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN, lo que refuerza aún más el sentimiento de unidad transatlántica en un momento crítico.

La tarea consiste ahora en dar un paso más en nuestra asociación estratégica con la OTAN y mostrar la manera en la que, como UE, podemos asumir una mayor responsabilidad en lo relativo a nuestra propia seguridad.

Sin duda alguna, se trata de una buena noticia para la ciudadanía europea y para la UE. La Brújula Estratégica de la UE, acordada en marzo, y el Concepto Estratégico de la OTAN de 2022, adoptado en la Cumbre de Madrid, dan fe de que nuestras respectivas valoraciones convergen por completo; además, el presidente de los EE. UU., Joe Biden, ha acogido con satisfacción personalmente la Brújula Estratégica de la UE y su exigente programa. La tarea consiste ahora en dar un paso más en nuestra asociación estratégica con la OTAN y mostrar la manera en la que, como UE, podemos asumir una mayor responsabilidad en lo relativo a nuestra propia seguridad. De hecho, son dos caras de la misma moneda. En adelante, veo tres elementos principales:

1. Necesitamos unas fuerzas más desplegables e interoperables, preparadas para hacer frente a cualquier amenaza o riesgo. Esto significa que los europeos deben gastar más en defensa y, sobre todo, gastar mejor, es decir, conjuntamente. El hecho de que los Estados miembros de la UE hayan declarado que aumentarán el gasto en defensa, por un total de alrededor de 200 000 millones de euros, es muy positivo. Sin embargo, a menos que aumente la proporción del gasto en desarrollo y contratación pública conjuntos, existe el riesgo de que muchas de esas inversiones adicionales se desperdicien. El análisis de deficiencias en materia de inversión en defensa presentado el pasado mes de mayo a los dirigentes de la UE muestra la naturaleza del problema, aunque también el camino a seguir, por ejemplo, mediante la ayuda de la Comisión y la Agencia Europea de Defensa a los Estados miembros para emprender contrataciones conjuntas. Un ejemplo urgente es el reabastecimiento de reservas agotadas debido al envío de material de defensa a Ucrania. La adquisición conjunta de capacidades no solo abastece el programa de seguridad y defensa de la UE, sino que también es necesaria para que los aliados de la OTAN protejan a Europa frente a las amenazas de Rusia.

Tan importante como la adquisición de las capacidades necesarias es la necesidad de demostrar nuestra voluntad de utilizarlas.

2. En segundo lugar, tan importante como la adquisición de las capacidades necesarias es la necesidad de demostrar nuestra voluntad de utilizarlas y actuar como garante de la seguridad. En los últimos 20 años, la UE ha obtenido una amplia experiencia con sus operaciones de gestión de crisis. Lo que comenzó en los Balcanes se ha convertido en un poderoso instrumento mediante el cual la UE ha puesto en marcha 18 misiones y operaciones, 11 civiles y 7 militares, en tres continentes.

Algunas de estas misiones han sido verdaderos éxitos. Un ejemplo es la Operación Atalanta, que actúa mar adentro, y su misión de acompañamiento EUCAP Somalia, que se lleva a cabo en tierra. Somalia sigue teniendo enormes problemas de seguridad interior, pero gracias a nuestros esfuerzos, la piratería ya no es un problema importante para el transporte marítimo internacional en el Cuerno de África. Además de la piratería, Atalanta también ha realizado con éxito operaciones de lucha contra la droga, de hecho ha llegado a incautar hace unos meses hasta 12 toneladas de estupefacientes, que habrían tenido un efecto económico estimado de más de 200 millones de euros, que de esta forma se han desviado de la financiación de redes delictivas y terroristas que desestabilizan la región.

Otro ejemplo es la operación EUFOR Althea, que ha contribuido en gran medida al mantenimiento de la estabilidad en Bosnia y Herzegovina, como reconocen todos los dirigentes de los partidos políticos y los miembros de la Presidencia. Asimismo, EULEX Kosovo sigue en la actualidad apoyando a las instituciones del Estado de Derecho a petición de las autoridades de Pristina.

Debemos reconocer que nos enfrentamos a retos en materia de gestión de crisis. Sin embargo, siempre que hemos asumido riesgos y nos hemos comprometido hemos logrado un cambio positivo sobre el terreno.

Cada caso es diferente y también debemos reconocer que nos enfrentamos a retos en nuestra gestión de las crisis. En algunas ocasiones se debe a la falta de recursos de las misiones y operaciones; en otras, al contexto político en el que actuamos, y a veces las dos cosas están relacionadas. Siempre hay margen de mejora, y la Brújula Estratégica ha abierto el camino para aumentar la eficacia de nuestras misiones. No obstante, también es importante señalar que siempre que hemos asumido riesgos y nos hemos comprometido hemos logrado un cambio positivo sobre el terreno.

La velocidad a la que el mundo está cambiando a menudo supera nuestra capacidad de afrontar esos cambios. Debemos reaccionar con más rapidez y disponer de una gran capacidad para llevar a la práctica las lecciones aprendidas, en particular en el ámbito de la seguridad y la defensa.

3. Esto me lleva al tercer elemento: nuestra capacidad para adaptarnos y extraer las lecciones adecuadas. La velocidad a la que el mundo está cambiando a menudo supera nuestra capacidad de afrontar esos cambios. Debemos reaccionar con más rapidez y disponer de una gran capacidad para llevar a la práctica las lecciones aprendidas, en particular en el ámbito de la PCSD.

El verano pasado vivimos la drástica retirada de Afganistán por parte de la comunidad internacional. En aquel momento, dijimos que teníamos que reflexionar para intentar entender por qué, a pesar de los ingentes recursos desplegados a lo largo de 20 años, los resultados habían sido tan exiguos. Según nos replanteamos nuestra participación en el Sahel en respuesta a los últimos acontecimientos, entre ellos la presencia cada vez mayor de mercenarios rusos, tenemos que preguntarnos, siendo realistas, qué podemos lograr y cómo hacerlo. ¿Podemos adaptar mejor nuestros esfuerzos a las particularidades locales? ¿Cómo lograr una mayor aceptación y apropiación? Asimismo, ¿cuáles serían las consecuencias en la población local y en nuestra propia seguridad si redujéramos nuestra participación?

Se trata de dilemas difíciles, por lo que necesitamos un debate sincero que oriente nuestras decisiones. La Brújula Estratégica es muy pertinente para este debate y contiene ideas concretas y un calendario para mejorar nuestra repercusión colectiva.

El asunto general está claro: en un mundo peligroso, los europeos deben asumir su responsabilidad estratégica, tanto dentro de la UE como en la OTAN, y dotarse de los medios y de la agilidad para ejercerla.