«La guerra de agresión contra Ucrania pone al mundo en riesgo de una hambruna que afectaría a cientos de millones de personas. Debemos permitir urgentemente que Ucrania exporte sus cereales. También estamos dispuestos a trabajar para evitar cualquier efecto no deseado de nuestras sanciones en la seguridad alimentaria mundial».

Durante varias décadas el hambre fue disminuyendo y, a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados en 2015, la comunidad internacional se comprometió a erradicarla en todo el mundo de aquí a 2030. Desde entonces, sin embargo, el descenso del número de personas desnutridas se ha frenado y la pandemia de COVID-19 ha empeorado mucho las cosas. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) estima que esta cifra aumentó de 132 millones de personas antes de la pandemia de COVID-19 a 276 millones a principios de 2022 y alcanza los 323 millones en la actualidad.

La guerra de agresión injustificada y no provocada contra Ucrania pone al mundo en riesgo de una hambruna que afectaría a cientos de millones de personas.

Ya antes de la guerra de Putin contra Ucrania, estábamos perdiendo terreno en la lucha mundial contra el hambre. Ahora esta guerra injustificada y no provocada pone al mundo en riesgo de una hambruna que afectaría a cientos de millones de personas. Según el Grupo de las Naciones Unidas de Respuesta a la Crisis Mundial, 1 200 millones de personas, una de cada seis de la población mundial, viven en países que padecen una «tormenta perfecta», gravemente expuestos a una combinación de aumento de los precios de los alimentos, aumento de los precios de la energía y endurecimiento de las condiciones financieras.

Ucrania, uno de los «graneros» más importantes del planeta

En efecto, Ucrania ha sido durante décadas uno de los «graneros» más importantes del planeta. Ahora las tropas de Putin bombardean, minan y ocupan tierras de cultivo de Ucrania, atacan equipos agrícolas, almacenes, mercados, carreteras y puentes ucranianos y bloquean los puertos del país, impidiendo la exportación de millones de toneladas de cereales a los mercados mundiales. Rusia ha convertido el Mar Negro en una zona de guerra, bloqueando los envíos de cereales y fertilizantes procedentes de Ucrania, pero también causando daños a la marina mercante rusa. Rusia también está aplicando cuotas e impuestos a sus exportaciones de cereales. Es una decisión política consciente de Rusia convertir estas exportaciones en armas y utilizarlas como instrumento de chantaje contra cualquiera que se oponga a su agresión.  

Los precios de los alimentos, que ya se habían visto afectados por la pandemia y el cambio climático, nunca han sido tan elevados como en la actualidad en términos reales y muchos expertos advierten de que lo peor está aún por llegar.

Como consecuencia de ello, los precios de los alimentos, que ya se habían visto afectados por la pandemia y el cambio climático, nunca han sido tan elevados como en la actualidad en términos reales, lo que tiene graves consecuencias para muchos países de renta baja y para el Programa Mundial de Alimentos, que ya ha tenido que reducir sus intervenciones en varias regiones. Muchos expertos advierten de que lo peor aún está por llegar si las exportaciones ucranianas permanecen bloqueadas hasta la próxima cosecha. Mientras tanto, varios países han introducido restricciones unilaterales para sus propias exportaciones agrícolas, mientras que otros están intentando acumular existencias, con el consiguiente agravamiento de los problemas en los mercados mundiales. El aumento de los costes de la energía y la pérdida de suministros de fertilizantes han dado lugar a un aumento de los precios de los fertilizantes incluso más rápido que el de los alimentos. Como consecuencia de ello, el precio del arroz —el producto básico más consumido del mundo—, cuyos precios de momento son reducidos, podría aumentar considerablemente y la producción mundial de alimentos podría no ser capaz de satisfacer la creciente demanda. Las Naciones Unidas han advertido de «una catástrofe alimentaria de proporciones mundiales en 2023». 

Una urgencia absoluta de actuar

Hay una urgencia absoluta de actuar. Con nuestros Estados miembros estamos reuniendo ayuda de emergencia. Como Equipo Europa hemos comprometido 1 000 millones de euros para las regiones del Sahel y el lago Chad y más de 600 millones de euros para el Cuerno de África. Hemos puesto en marcha un mecanismo alimentario por valor de 225 millones de euros para ayudar a nuestros socios del norte de África, la región más dependiente del suministro de alimentos de Ucrania y Rusia. Desde una perspectiva más estructural, también desembolsaremos 1 500 millones de euros para ayudar a desarrollar sistemas alimentarios sostenibles en la vecindad oriental y meridional, los Balcanes Occidentales y Turquía hasta 2024.

Estamos además trabajando en el marco del G-7, el G-20, el Banco Mundial y el FMI para reforzar su compromiso con los países más necesitados a través de ayuda financiera de emergencia, el alivio adicional de la deuda, la emisión de nuevos derechos especiales de giro y otros instrumentos. Apoyamos plenamente los esfuerzos realizados en esta dirección por el secretario general de las Naciones Unidas dentro del Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial.

Para evitar una catástrofe alimentaria mundial, la máxima prioridad sigue siendo detener la guerra y sacar a las tropas rusas de Ucrania.

Para evitar una catástrofe alimentaria mundial, la máxima prioridad sigue siendo detener la guerra y sacar a las tropas rusas de Ucrania. Este es el objetivo del apoyo masivo de la UE a Ucrania y de las medidas restrictivas que estamos aplicando con nuestros aliados contra el régimen de Putin. Sin embargo, no hemos aplicado sanciones a las exportaciones rusas de productos agrícolas y fertilizantes. Las sanciones de la UE no prohíben las exportaciones de ningún producto agrícola, ni el pago de tales exportaciones rusas o el suministro de semillas, siempre que en esas operaciones no participen personas o entidades sancionadas. Las sanciones de la UE tampoco tienen aplicación extraterritorial, es decir, no crean obligaciones para los operadores no pertenecientes a la UE, salvo que sus actividades se lleven a cabo al menos parcialmente dentro de la UE.

Somos plenamente conscientes de que existe una «guerra de relatos» en torno a esta cuestión. El presidente de Senegal, Macky Sall, que también preside la Unión Africana, aludió a las dificultades que padecen los países africanos a este respecto tras su reciente reunión con Vladimir Putin en Sochi y en la reunión ministerial de la OCDE. El pasado sábado hablé sobre esta cuestión con Aissata Tall Sall, ministra de Asuntos Exteriores de Senegal. El martes me reuní también con la secretaria general de la UNCTAD, Rebeca Grynspan, y conversé con Martin Griffiths, secretario general adjunto de las Naciones Unidas, ambos encargados de las negociaciones patrocinadas por las Naciones Unidas sobre la facilitación de las exportaciones de cereales y fertilizantes de Rusia y la reapertura de las rutas de exportación de los cereales ucranianos. Y el jueves me reuní con los embajadores del grupo africano ante las Naciones Unidas tras mi discurso ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Estamos dispuestos a trabajar con las Naciones Unidas y nuestros socios para evitar cualquier efecto no deseado de nuestras sanciones en la seguridad alimentaria mundial.

He asegurado a todos mis interlocutores que estamos dispuestos a trabajar con las Naciones Unidas y nuestros socios para evitar cualquier efecto no deseado de nuestras sanciones en la seguridad alimentaria mundial. Estamos en estrecho contacto con las Naciones Unidas para examinar cuestiones como la elusión del mercado y el cumplimiento excesivo, que podrían afectar a las compras de cereales o fertilizantes rusos. Estamos dispuestos a debatir estas cuestiones a través de expertos con el fin de identificar obstáculos concretos, incluidas las posibles dificultades en los pagos, y a trabajar en pos de soluciones. También he dado instrucciones a los embajadores de la UE en nuestros países socios africanos para que debatan con las autoridades todos los aspectos pertinentes de la situación actual en materia de pagos.

Diferenciar entre los problemas concretos y la desinformación del Kremlin

He instado a mis interlocutores africanos a diferenciar entre los problemas concretos y la desinformación del Kremlin. Cuando la maquinaria de propaganda rusa alega que somos responsables de la crisis alimentaria, no está más que vertiendo cínicas mentiras, como otras muchas que esta maquinaria viene propagando desde hace muchos años. El cinismo de esta postura resultó evidente cuando Rusia bombardeó el segundo mayor silo de cereales ucraniano en Mykolaiv, solo un par de días después de que el presidente Sall hablara con el presidente Putin en Sochi. Todos aquellos que deseen limitar la crisis alimentaria mundial deben, ante todo, ayudarnos a aumentar la presión sobre Rusia para que ponga fin a su guerra de agresión.

Cuando la maquinaria de propaganda rusa alega que somos responsables de la crisis alimentaria, no está más que vertiendo cínicas mentiras, como otras muchas que esta maquinaria viene propagando desde hace años.

Mientras tanto, seguimos ayudando a Ucrania a exportar productos agrícolas por rutas distintas de la del Mar Negro a través de nuestro «Plan de Acción para los Corredores de Solidaridad». Estamos trabajando con los agentes del mercado para proporcionar material rodante de mercancías, buques y camiones adicionales. Estamos facilitando los controles fronterizos de los productos agroalimentarios y pondremos instalaciones de almacenamiento de los Estados miembros a disposición de los cereales ucranianos. Como hicimos el pasado mes de marzo respecto a la red eléctrica, debemos acelerar la integración de la red ferroviaria ucraniana en el sistema europeo, aunque esto sin duda plantea dificultades debido a las diferencias en el ancho de vía.

Es imprescindible permitir que se reanuden las exportaciones de Ucrania por barco

Sin embargo, debemos hacer frente a la realidad: ninguna de estas alternativas puede proporcionar un flujo suficiente de exportaciones a corto plazo. Por tanto, es imprescindible permitir que se reanuden las exportaciones de Ucrania por barco. Estamos colaborando estrechamente con las Naciones Unidas en esta cuestión, y la UE y sus Estados miembros están dispuestos a cumplir la parte que les corresponde en la adopción de las medidas necesarias para lograrlo. Esperamos que pueda encontrarse una solución en los próximos días. No hacerlo puede provocar una catástrofe alimentaria mundial.