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Mi viaje a Dusambé: invertir en nuestra asociación con Asia Central

26.11.2021 – Blog del AR/VP – Asia Central desempeña un papel fundamental para conectar Oriente y Occidente. Esta semana he realizado una visita de tres días a Tayikistán para ver cómo la UE puede reforzar su cooperación con la región: desde la recuperación tras la pandemia hasta el vínculo existente entre el agua y la seguridad y las repercusiones regionales de la crisis en Afganistán. Solo a través de un compromiso continuado podremos lograr resultados sostenibles.

«Asia Central considera que la UE es un factor de equilibrio y previsibilidad en un panorama internacional volátil sumido en la política de las grandes potencias».

 

Esta semana he viajado a Dusambé, acompañado por mi colega la comisaria Jutta Urpilainen, para presidir la 17.ª reunión ministerial UE-Asia Central y reunirme con los dirigentes y la sociedad civil de Tayikistán.

 

«Asia Central es una región importante, situada entre grandes potencias, que linda con Afganistán, y que conecta Oriente y Occidente».

 

Puede que Asia Central no protagonice las principales noticias en la mayoría de los medios de comunicación de la UE, pero se trata de una región importante, situada entre grandes potencias, que linda con Afganistán, y que conecta Oriente y Occidente por medio de actividades de comercio, inversión y otros vínculos. En cuanto que UE, tenemos claros intereses en juego, al igual que los habitantes de Asia Central. A pesar de la distancia, somos el mayor socio comercial e inversor de la región: el 40 % de la inversión extranjera directa (IED) de los últimos diez años procede de la UE, no de China ni de Rusia, como se podría esperar dada su proximidad geográfica. También somos el principal donante de ayuda a la región, a través de la concesión de multitud de subvenciones, y no principalmente a través de préstamos, como hacen otros.

Treinta años después de haber obtenido su independencia de la Unión Soviética, los Estados de Asia Central (Tayikistán, Kazajistán, Uzbekistán, Kirguistán y Turkmenistán) han realizado grandes avances, y lo mismo ha ocurrido con nuestra cooperación. La región valora el hecho de disponer de una «opción de la UE», además de mantener relaciones con sus vecinos más cercanos. Estos países consideran que la UE es un factor de equilibrio y previsibilidad en un panorama internacional volátil sumido en la política de las grandes potencias.

Asimismo, hay un refuerzo claro del diálogo, que se traduce en visitas, iniciativas estratégicas y atención. Se han venido celebrando una o como máximo dos reuniones de alto nivel al año entre la UE y Asia Central. Esto ha cambiado: visité Taskent en julio con motivo de la Conferencia sobre Conectividad en Asia Central y Meridional, mientras que el vicepresidente Dombrovskis presidió el primer Foro Económico UE-Asia Central, que se celebró en Biskek el pasado 5 de noviembre. El presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, visitó Bruselas en octubre y el presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokaev, lo ha hecho esta semana. Además, el vicepresidente de la Comisión Schinas ha viajado a Taskent esta semana. Los lugares que visitan los políticos son una prueba de sus prioridades políticas, por lo que la realización de estos viajes, en los dos sentidos, es una señal de que se están haciendo progresos en las relaciones entre la UE y Asia Central.

 

«La UE desea que la región siga siendo un espacio abierto para la conectividad y la cooperación, en vez de una zona de opciones estratégicas binarias y de rivalidad».

 

En cierto modo, el programa se escribe solo: tenemos un interés común en promover sociedades resilientes y abiertas, garantizar una recuperación sostenible y una transición ecológica, y proteger a nuestros ciudadanos frente a las amenazas para la seguridad, como el terrorismo y el tráfico de drogas, armas y personas. Además, la UE desea que la región siga siendo un espacio abierto para la conectividad y la cooperación, en vez de una zona de opciones estratégicas binarias y de rivalidad.

En la reunión ministerial, abordamos tres grandes grupos temáticos: 1. Seguridad, también las consecuencias de la crisis en Afganistán; 2. Conectividad sostenible y vínculos económicos; 3. Agua, clima y medioambiente. Puede acceder a más información sobre los resultados y mis observaciones ante la prensa en esta página.

 

«Como es natural, los dramáticos acontecimientos acaecidos en Afganistán ocuparon un lugar preponderante en nuestros debates».

 

El tono del debate fue muy abierto, más que de costumbre, y todos los ministros recalcaron su deseo de intensificar la cooperación con la UE, dada la incertidumbre en el contexto regional y el destacado papel que ya desempeñan Rusia, China y otros países. Acogen con total beneplácito un mayor compromiso y apoyo de la UE en favor de las reformas nacionales, con el fin de avanzar en materia de sostenibilidad medioambiental, desarrollar tecnologías de baja emisión de carbono y hacer frente a los retos regionales.

Como es natural, los dramáticos acontecimientos acaecidos en Afganistán ocuparon un lugar preponderante en nuestros debates. Como nos temíamos desde hace meses, la situación humanitaria en el país se está deteriorando a un ritmo acelerado. Millones de afganos corren el riesgo de pasar hambre, con todos los riesgos que ello conlleva en términos de migración irregular y radicalización.

Es evidente que todos los Estados de Asia Central temen las repercusiones en materia de seguridad derivadas de la crisis de Afganistán, en particular a través de la infiltración de grupos terroristas, así como las repercusiones negativas para sus economías. Ninguno de ellos ha manifestado oficialmente su apoyo o reconocimiento al régimen talibán (siendo Tayikistán el país más crítico y de posición más firme), si bien todos ellos desean promover la estabilidad y evitar que se produzca una catástrofe humanitaria. Para ello, algunos Gobiernos regionales mantienen contactos pragmáticos con los talibanes y prestan ayuda humanitaria.

Por lo que respecta a la UE, definimos nuestra posición: ni reconocimiento ni legitimación, aunque sí un fuerte apoyo al pueblo afgano, siguiendo un «planteamiento humanitario+», es decir, complementando la ayuda humanitaria con apoyo a los servicios básicos (salud, educación y seguridad alimentaria). También expuse nuestra intención de poner en marcha una plataforma de diálogo regional inclusivo, comenzando con los seis países vecinos más cercanos de Afganistán. Por su parte, la comisaria Urpilainen facilitó información detallada sobre la financiación de la cooperación entre la UE y Asia Central en el próximo ciclo presupuestario.

Durante la reunión ministerial, también debatí con todos los ministros acerca de la necesidad de hacer frente a la migración irregular y evitar que se haga un uso indebido de los aeropuertos y territorios para operaciones relacionadas con la trata de personas. Los ministros de toda la región, y en especial de Uzbekistán, expresaron su firme resolución a frenar el flujo de migrantes hacia Bielorrusia, donde se está instrumentalizando a las personas y se las envía a la frontera con la UE.

 

«Aunque no reconoce el régimen talibán, Tayikistán sigue prestando un apoyo importante mediante el suministro de electricidad, que por el momento ni siquiera se le está pagando. Esto demuestra que se puede apoyar al pueblo afgano sin reconocer el régimen».

 

Después de la reunión ministerial, nos reunimos con el presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, y el ministro de Asuntos Exteriores, Sirojiddin Muhridin, para debatir sobre nuestra cooperación bilateral, la recuperación y, especialmente, la situación de la seguridad a escala regional, en vista del recrudecimiento de la crisis en Afganistán. Tayikistán tiene una frontera con Afganistán de 1 400 kilómetros y desempeña un papel activo en la promoción de un programa regional positivo. Por ejemplo, aunque no reconoce el régimen talibán, el país sigue prestando un apoyo importante mediante el suministro de electricidad, que por el momento ni siquiera se le está pagando. Esto demuestra que se puede apoyar al pueblo afgano sin reconocer el régimen.

Además de estas reuniones «oficiales», es importante intentar establecer un contacto directo con los países. Afortunadamente, pudimos hacerlo. El domingo entregué el Premio de Innovación de la UE (enlace externo) a tres jóvenes equipos que están contribuyendo a la creación de empleo en el país. El lunes visitamos un centro en el que la UE coopera en la formación de las tropas fronterizas de Tayikistán. El martes pudimos presenciar de primera mano el deshielo glaciar en el Pamir. También visitamos la central hidroeléctrica de Nurek y se nos informó sobre CASA100, un proyecto regional de interconexión eléctrica a gran escala que conecta las redes de Kirguistán, Tayikistán, Afganistán y Pakistán, lo que posibilita el uso de recursos hidroeléctricos en la región. Fue un placer conocer de primera mano el potencial, pero también los desafíos, que presentan el cambio climático, el agua y la cooperación energética a escala regional.

Visitamos además la galería de arte de Vahdat, una iniciativa emprendida por dos jóvenes artistas afganos que huyeron hace ocho meses de Kabul. Esta iniciativa les ha servido de alivio ante las incertidumbres que conlleva la vida en un nuevo país.

También mantuvimos una larga reunión con representantes de la sociedad civil y defensores de los derechos humanos para conocer de primera mano la situación en el país y la labor de la sociedad civil en un contexto de gran complejidad. Lógicamente, nuestro debate se centró en qué más puede hacer la UE, desde el punto de vista político y financiero, para contribuir al dinamismo de la sociedad civil de Tayikistán.

En la política exterior de la UE, dedicamos mucho tiempo a la gestión de crisis (Bielorrusia, Ucrania, Etiopía, Sudán, etc.), así como a las relaciones con grandes potencias (Estados Unidos, Rusia, China, etc.). Esto es lo normal, pero también es importante destinar tiempo y energía suficientes a otras regiones en las que la rentabilidad por hora o por euro gastado podría ser mayor que en otros lugares, entre las que se incluye Asia Central.

Tras regresar de Dusambé, estoy convencido de que nuestros socios desean intensificar su cooperación con la UE. En poco tiempo hemos realizado grandes avances en las relaciones entre la UE y Asia Central. No obstante, aún queda más por hacer en lo que respecta a la conectividad, las energías limpias, la seguridad y Afganistán. En los próximos meses, me aseguraré de que Asia Central siga ocupando un lugar destacado entre nuestras prioridades, tal y como debería ser. Por eso he incluido nuestras relaciones con Asia Central en el orden del día del próximo Consejo de Asuntos Exteriores de diciembre, para debatir con los ministros acciones adicionales en esta línea.

 

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