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Programa de Acción Mundial sobre las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos y sus Familias

19.10.2016
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CONTEXTO

Al menos 53 millones de personas en todo el mundo, de las cuales más del 83% son mujeres, se ganan la vida trabajando en labores domésticas. Esta cifra aumenta constantemente en los países desarrollados y en los países en desarrollo. Los trabajadores domésticos aportan una inestimable contribución económica, cultural y social a sus países de origen, tránsito y destino, pero su aportación suele pasar desapercibida. Por lo tanto, quedan excluidos de la protección de la legislación nacional.

OBJETIVOS

  • Para poder superar las dificultades que encuentran los empleados domésticos migrantes, la OIT, con financiación de la UE, emprendió en 2013 un “Programa de Acción Mundial sobre las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos Migrantes y sus Familias”. La finalidad de este programa es promover en todo el mundo los derechos humanos y laborales de estos trabajadores, especialmente vulnerables, actuando sobre los elementos que les ponen en peligro de explotación y abuso.

RESULTADOS

  • En 2011, la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT adoptó en 2011 el Convenio sobre trabajadores domésticos (nº 189).
  • Se han establecido acuerdos bilaterales entre los sindicatos de los países de origen y los de destino en tres pasillos migratorios.
  • Paraguay adopta leyes sobre el trabajo doméstico y en el Líbano se crea el primer sindicato del mundo árabe de trabajadores domésticos.
  • Argentina reconoce el permiso de maternidad, las vacaciones pagadas, el salario mínimo, la prima anual y la indemnización por despido.

TESTIMONIO

Mejores condiciones de vida de los trabajadores domésticos migrantes en Argentina

"¿Por qué los demás trabajadores tienen derechos y nosotros no?" Es la pregunta que María Pérez se hizo cuando llegó a Argentina hace 25 años procedente de Paraguay para trabajar como empleada del hogar. Ahora, después de décadas de acción sindical, Argentina tiene una nueva política nacional de migración, y especialmente una nueva ley sobre el trabajo doméstico, que demuestra el sólido compromiso del gobierno argentino por regularizar y formalizar este sector tanto para sus ciudadanos como para los inmigrantes.

"Soy muy optimista. Siempre he pensado que las cosas pueden mejorar. Mucha gente piensa que nuestro destino es ser explotados, pero nunca he perdido la confianza en que las cosas pueden mejorar para los trabajadores", señala María.

"Ahora trabajo de lunes a viernes como empleada externa, tengo un contrato y conozco mis derechos. Después de muchos años trabajando en Argentina, podré jubilarme y cobrar la pensión en Paraguay" añade, agradecida, María. También se afilió a la Unión del Personal Auxiliar de Casas Particulares (UPACP) y siguió el curso de formación profesional "Servicios en casas particulares" que imparte gratuitamente la UPACP a sus afiliados. "Me dieron un diploma. Le puse un marco y lo tengo colgado en la pared. Estoy muy orgullosa."

"Desde que se adoptaron estas leyes, he dicho a todos mis amigos paraguayos que también trabajan como empleados domésticos que pidan a sus jefes un contrato de trabajo y soliciten las nuevas prestaciones. La mayoría forman parte ya de la economía oficial", indica María.

 "Tenemos que seguir exigiendo respeto y contratos para todos los trabajadores domésticos: está en juego nuestro futuro y el de nuestros hijos".

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