Declaración del Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel con motivo del fallecimiento de la Reina Isabel II (TRADUCCION NO OFICIAL)

Hoy recordamos a una mujer extraordinaria. Un ser humano extraordinario. Que ha asumido una inmensa responsabilidad durante los últimos 70 años. Su inspiración ha atravesado generaciones. Y ha tocado las vidas de muchos.



Mientras todos lloramos la muerte de la Reina Isabel II, también consideramos su reinado. Ha dejado un legado como pocos en la historia europea y mundial. Desde los turbulentos años de la Guerra Fría hasta la era globalizada del siglo XXI.



Para muchos, fue un ancla de estabilidad en un mundo que cambiaba rápidamente. Una vez la llamaron "Isabel la Firme". Fue una líder sabia que nunca dejó de mostrarnos la importancia de los valores duraderos en este mundo moderno, valores como el servicio, el compromiso y la tradición.

Ella dijo una vez: "El dolor es el precio que pagamos por el amor". Era respetada, estimada y sinceramente querida por muchos en todo el mundo. Nuestros pensamientos están, en primer lugar, con el Rey y la Familia Real, con el pueblo del Reino Unido y la Commonwealth.

Para nosotros, en la Unión Europea, su reinado abarcó casi todo el arco de la integración europea de posguerra. Siempre recordaremos su contribución a la reconciliación entre nuestras naciones tras la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Ella había experimentado la devastación de la Segunda Guerra Mundial y conocía la importancia de la confianza y la cooperación entre nuestros países.

Muchos de nuestros antiguos y actuales líderes europeos han experimentado su cálida hospitalidad. Yo también lo hice en varias ocasiones.

Haremos nuestra parte para continuar su legado. Su legado especial de construcción de puentes y de fomento de la confianza entre las naciones.